Un ejemplo para todos: Pía superó una enfermedad y escribe con los pies

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«Pía es un ejemplo para todos nosotros, tiene una voluntad de hierro y sobre todo fuerza, mucha fuerza». Así comenzaron el relato Marcela Montes (38) y Leandro Ayala (36), padres de María Pía, la niña que logró superar con tan sólo 8 años uno de los obstáculos más difíciles de esta vida.

Luego de pelear más de cuatro meses entre la vida la muerte, no sólo se recuperó, sino que también generó una increíble habilidad para escribir con sus extremidades inferiores. «Sí, Pía escribe y dibuja con los pies. Logró desarrollar una motricidad asombrosa. Todo lo hace con sus piecitos«, explicaron sus padres orgullosos en diálogo con el diario El Territorio de Misiones. «Ahora cursa 2° grado en el Instituto San Basilio Magno de Posadas y le va muy bien en la escuela, se siente muy acompañada», agregaron.

En julio de 2016, cuando tenía 5 años, un rotavirus inflamó la médula de la niña y la dejó más de cuatro meses en terapia intensiva, sin movilidad alguna. «Fuimos a Córdoba en las vacaciones de julio, los cuatro -Leandro, Marcela, Bautista (el hermano menor de Pía) y ella-. Pía ya iba al San Basilio, estaba en sala de 5. A mitad de camino ella comenzó con malestares estomacales y dolor de cabeza. Paramos en una clínica y solamente nos dieron ibuprofeno, porque ella no presentaba síntomas de nada», contaron los padres de Pía.

En el transcurso de pocas horas empezó a levantar fiebre, tenía insuficiencias respiratorias y se quedó sin fuerzas, no podía ni siquiera mantener su postura. No podía mover su cuerpo y en cuestión de minutos quedó completamente inmóvil y sin fuerzas. «En Córdoba capital la internaron directamente en terapia intensiva. Después de cuatro dolorosos meses, Pía comenzó a evolucionar. Recuperó su torso y la movilidad de la parte inferior del cuerpo. Un día, se puso a pensar en que sus amiguitos del jardín iban a comenzar 1° grado, y ella todavía no podía escribir, porque no podía mover sus manos«, comentaron los padres.
«Nosotros le explicamos que no podía dibujar y ella nos pidió que le pusiéramos el lápiz en su pie. Al principio hacía sólo garabatos, le ayudábamos a dibujar y movíamos su piecito. De a poco, sin darnos cuenta, fuimos estimulándola hasta que logró desarrollar la motricidad fina«, destacaron «Ella fue agarrando cancha solita y así terminó la sala de 5 en el hospital con la escuela domiciliaria, dibujando con sus pies. Así fue que comenzó a usar las piernas en lugar de las manos«.

«Es verdaderamente un milagro su rápida evolución y más increíble aún es la habilidad que desarrolló», comentaron sus padres.

En una clínica de Buenos Aires comenzó el primer grado, pero ya tenía desarrollada la motricidad. «Al principio nos parecía algo asombroso pero después de un tiempo ya lo asimilamos como algo habitual. Esa habilidad surgió de ella, es algo innato y lo tiene súper desarrollado», destacó Marcela.

Actualmente continúa su rehabilitación y va todos los días a la escuela, lo cual le encanta. Tiene una maestra integradora y una enfermera que la asiste.

Recién en 2019 pudo volver a clases con sus compañeros de escuela. La familia se mostró muy agradecida con el apoyo que recibieron desde el establecimiento educativo que «desde el momento cero se pudieron a disposición nuestra y colaboraron con nosotros. Nos sentimos siempre muy contenidos. Los alumnos enviaban cartas de fuerza para Pía y la familia, desde sus compañeros de jardín hasta los de 5º año de la secundaria hicieron una colecta y juntaron donaciones para nosotros. El San Basilio siempre estuvo con nosotros», destacaron sus padres.

En la escuela, «Pía es muy prolija y detallista cuando algo no le sale bien, me hace borrar mil veces su hoja hasta que le salga como ella quiere. Trabaja con esfuerzo, es muy aplicada y sus dibujos son fantásticos», explicaron sus padres.
Además, siempre ayuda con las tareas a su hermano, con quien está muy unido.
«Vive con una sonrisa inmensa y siempre va para adelante«, contó Leandro.

«Ella es un orgullo para nosotros. Nos motiva siempre a seguir adelante, a esforzarnos. A veces uno piensa que ya no puede más. Pero la vemos a ella y pensamos que si Pía puede hacer todo lo que hace, ¿cómo no vamos a poder nosotros? Ella y Bauti (su hermano menor) nos motivan, nos alientan. Pía es un ejemplo de fuerza y alegría constante».

Fuente: El Territorio