Días pasados tuvo lugar en el Congreso de la Nación la entrega de los premios internacionales “Award The Best” de las escuelas Hermanas por la Paz, cuya representante en la zona es Silvia Orcellet, que junto al taller artístico que dirige asistió a la ceremonia en Buenos Aires.  Allí recibieron numerosas distinciones artistas locales, además de un premio especial para Facundo Martin por haber sido designado como mejor compañero, y para Dalila Borda de El Brillante por su labor al telar. Asimismo el colonense Matías Anchorena fue distinguido por su trabajo en alta costura.

Parte de la delegación fue recibida por la intendente Irma Monjo en su despacho, donde le mostraron los galardones obtenidos.

“Fuimos recibidos por la intendente Irma Monjo para contarles la experiencia de la entrega de premios en la que participamos, y agradecerle porque viajamos con ayuda de la municipalidad” expresó Silvia Orcellet al finalizar la reunión con la intendente.

Y agregó: “Estuvimos en el Congreso de la Nación donde recibimos varios premios, entre ellos el Madre Teresa de Calcuta por ser el nuestro un taller inclusivo, tenemos chicos desde los 4 años hasta personas de 84, estoy orgullosa de todo el grupo del taller”.

Orcellet destacó además: “También recibimos el premio Sólo los Mejores, dos menciones especiales que recibieron Ana y Facu, y Dalila Borda de El Brillante con su telar, Ludmila Giacoboni por las danzas, Carlos Peralta por taekwondo, que también recibieron un premio grupal y Matías Anchorena, diseñador de Colón” comentó.

Silvia Orcellet añadió por otro lado: “Yo pertenezco al grupo de Grandes Mujeres por la Paz, represento a Entre Ríos, selecciono candidatos, envío los currículums y ellos deciden quienes ameritan el premio”.

La artesana Dalila Borda por su parte expresó: “Silvia fue la que me reconoció por mi labor como artesana desde hace 20 años en El Brillante, tuve la dicha de poder decir unas palabras en el Congreso y dedicar este premio a mi pueblo, a los artesanos, a nuestros hermanos de pueblos originarios, a todos los talleristas que trabajan en el anonimato y a la mujer, no hay edad para aprender” dijo la artesana.

“Yo a los 28 años aprendí a tejer mirando a mi esposo, a quien Blanquita Guy de San José le enseñó gratuitamente” contó Dalila Borda.