Un joven murió en una fiesta electrónica presuntamente intoxicado con éxtasis

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Un joven de 20 años murió mientras participaba de una fiesta electrónica ilegal llevada a cabo en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba, donde presuntamente había consumido «éxtasis».

La muerte del muchacho, identificado como Samir Andrés Velázquez, se produjo este domingo por la mañana en el Hospital Florencio Díaz, al que fue trasladado desde el predio en el que se organizó la fiesta y donde murió pocas horas más tarde.

La fiesta se había organizado en el camino 60 cuadras, en la zona sudeste de la capital provincial.

Los investigadores del caso esperaban los resultados de la autopsia que se le realizó al cuerpo del joven para determinar los factores de la falla sistémica que derivó en el deceso.

Darío, el padre del joven fallecido, reconoció, en declaraciones a la radio Cadena 3, que su hijo consumía droga, mientras pidió más controles de parte de las autoridades.

«Queremos que esto no quede en la nada, queremos llegar al fondo de esto. Sabía que él consumía, teníamos una relación muy cercana. No era un chico que estaba todos los días consumiendo, pero estas fiestas electrónicas no duran hasta las 5 de la mañana, sino hasta las 4 de la tarde del otro día», expresó el hombre.

«Yo le decía volvé cuando termine y como todos los fines de semana estaba pendiente del teléfono hasta que llegó el día en el que me avisan desde el hospital que estaba muy grave», lamentó.

El padre del joven dijo que su hijo llegó al hospital sin vida: «Cuando llegué me dijeron que estaba muerto y es una palabra no la puedo digerir».

Darío pidió hablar con los medios porque «hay un montón de estas fiestas que se hacen» de manera clandestina, en casas quintas, en las afueras de la ciudad.

«Él fue a una por bulevar Los Alemanes o barrio Los Boulevares y la Policía la había suspendido y fue a otra en Camino a 60 Cuadras donde era tierra de nadie. En una casa quinta gigante y no había policías», contó.

«Había una supuesta ambulancia que no era ambulancia, era una Fiorino y lo llevaron ahí en la caja, lo dejan en el hospital y se dieron a la fuga de la Policía y de mis hermanos que estaban cerca. Al menos, pudieron sacar una patente o algo», agregó.

El hombre aseguró que estas fiestas se hacen en zonas como Malagueño, en Camino a 60 Cuadras, «en ejidos que están dentro de la provincia de Córdoba y que no puede ser que se sigan realizando así (sin control)».

«Lo que les interesa es el dinero, ni siquiera la calidad de lo que venden. Quieren vaciar a los pibes de lo que tienen en el bolsillo y no puede ser que las autoridades y los papás hagamos oídos sordos», reclamó.

«A mi hijo nadie lo amenazó a hacer algo, lo hizo por su propia voluntad, a lo mejor pensó que tomaba algo como lo hacía de costumbre pero hay que investigar qué le vendieron, él lo hizo como una vez más», insistió.

«Mi hijo tiene un montón de amigos que van, son decenas y decenas de pibes. Basta, nos están quitando la vida, los padres estamos pendientes, yo estaba pendiente de él», dijo entre lágrimas.