TOC: cómo es vivir en un mundo agotador

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Las obsesiones se pueden definir como pensamientos recurrentes e invasivos que se le imponen a la persona más allá de su voluntad y que producen alta ansiedad y angustia. No son solo preocupaciones de la vida cotidiana, sino pensamientos que hostigan.

IDEAS OBSESIVAS Y COMPULSIONES
Hay gran cantidad de ideas obsesivas. Las más comunes tienen que ver con la posibilidad de sufrir algún daño, pérdida o enfermedad, o bien, que esto le suceda a un ser querido. También pueden aparecer imágenes indeseadas con temáticas sexuales, religiosas, etc. Las compulsiones son actos repetitivos o rituales que se utilizan para disminuir la ansiedad, controlar los pensamientos obsesivos o bien para “evitar” que suceda algo negativo. Algunos ejemplos típicos de estas conductas son: lavarse las manos permanentemente (incluso hasta lesionarse la piel), ordenar objetos minuciosamente de alguna manera específica, verificar de forma repetida alguna acción ya realizada (como reconfirmar si está cerrado el paso de gas, aunque se sepa fehacientemente que ya se hizo antes). También pueden aparecer actos mentales, tales como rezar reiteradamente, repetir frases, contar números hacia atrás, etc. Muchas veces estos comportamientos están asociados a pensamientos mágicos, a partir de los cuales se realizan conductas ilógicas y hasta ridículas para controlar el devenir o para que no suceda algo negativo.

EL DETRÁS DE LAS ACCIONES
Es muy frecuente que las personas que padecen este trastorno no lo compartan con sus amigos o familiares por miedo a que los crean “locos”. Sus pensamientos obsesivos se terminan convirtiendo en secretos nunca develados y solo los compulsivos emergen a la vista, denunciando aquello que se esconde. Esta situación los ubica en un lugar de soledad que termina empeorando su cuadro. Las obsesiones atormentan, generan ansiedad e impulsan los comportamientos compulsivos que también hacen sufrir, producen agotamiento físico y mental y son ineficaces para eliminar la ansiedad. Se trata de un trastorno que lleva a vivir en un mundo agotador que deteriora progresivamente la calidad de vida.

FOBIA SOCIAL: ¿UN SIMPLE TEMOR?
La fobia social es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por temor persistente a ser juzgado, evaluado o rechazado por otros en situaciones sociales. Este miedo es injustificado porque no se da en una situación peligrosa. Es exagerado, desmedido y reduce la posibilidad de interactuar con otros. A diferencia de la timidez, en la fobia social la ansiedad es tan elevada que desencadena síntomas físicos tales como sudoración excesiva, rubor, taquicardia, dificultad para respirar, temblores, sequedad en la boca, dolor de estómago, tartamudez, etc. La reacción ansiosa se puede presentar incluso sin estar con otros, solo por pensar en una posibilidad en la que tendría que exponerse socialmente. Este trastorno causa malestar significativo, deterioro social, laboral e impide que se desarrolle y disfrute de la vida. En general, estas personas tratan por todos los medios de evitar las situaciones que los hacen sufrir, tarea francamente difícil, porque en la vida cotidiana se interactúa con otros permanentemente. La única salida termina siendo el abandono de actividades importantes, el aislamiento y en algunos casos puede conducir a la depresión.

TIPS
• Ante situaciones que lo estresen, trate de respirar lenta y profundamente; esto le va a ayudar a disminuir la ansiedad.
• Si está con alguien de confianza, comparta lo que siente; no sentirse solo ayuda.
• Cuando crea que los demás lo observan y lo evalúan de manera negativa, acuérdese de que la percepción es una construcción propia, no refleja necesariamente la realidad, no es más que una interpretación suya.
• Las personas con este trastorno limitan sus actividades y pierden la posibilidad de relacionarse con otros, no permita que este problema achique su mundo. Pida ayuda a un profesional.