La desesperante situación de una médica entrerriana varada en Barcelona

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La profesional de la salud de nuestra provincia trabaja en la Fundación Favaloro, en Buenos Aires y con mucho esfuerzo consiguió el dinero para poder aprender más sobre su profesión y su especialización. Bargagna está en cuarto año de diagnóstico por imagen y hoy se encuentra en la desesperante situación de no poder volver a Argentina por los inconvenientes que el virus Covid19 ha generado a nivel mundial.

El Heraldo pudo tener una charla telefónica con la médica nacida en la capital entrerriana y que se recibió en la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe.

“Estoy cursando el 4to año de la especialidad y como todos los residentes en Buenos Aires tenemos la posibilidad, en los últimos años, poder elegir hacer una rotación externa donde nos vamos al exterior a aprender un poco sobre un área que nos interese”, comienza el relato de Paula; “en mi caso, en el 2019 empecé con todo este sueño, por así llamarlo, y planear este viaje y venir a Europa a hacer una rotación en imágenes mamarias; en ese entonces empecé a averiguar con cartas, emails, y me dieron la aceptación en un hospital, que es el hospital de referencia en Barcelona, que se llama Hospital Clínico; al darme la aceptación, empezaron todos los trámites, papeles, autorizaciones, un montón de cosas que pagar, homologar y demás; luego de eso, cuando ya estaba totalmente aceptado por el Ministerio de Salud, porque una vez que te acepta el hospital te tiene que aceptar el Ministerio de Salud; allí comencé con la compra de pasajes, la cual fue muy difícil porque fue un momento en el que Argentina estaba en las elecciones, así que con todo esto de la suba del dólar tuve que aumentar el número de guardias, de trabajo y carga horaria para sustentar todos los gastos que eso implicaba, porque cada vez iba aumentando más el dólar, pero eso no impidió y pude seguir y poder bancarme”, agregó la profesional de la salud.

“La rotación contaba en venir tres meses a Barcelona y, una vez sacado el pasaje y tener el hospedaje, el 1 de marzo llegué a España; todo empezó muy bien, empecé con mi estancia formativa, tuve que ir el primer día al hospital, un montón de papeles, pagar seguros y comencé con esta formación, iba todos los días al hospital, un mundo nuevo; al principio iba todo bien pero se escuchaba que había caso de coronavirus en algún que otro lado pero los españoles todo el tiempo era risa, alguien tosía y era joda, chistes; los españoles son muy soberbios y se lo tomaron muy a joda; la primer semana era todo joda, chiste, se sacaban foto con los barbijos, se reían hasta que la segunda semana aumentaron los casos y se acercaron de protocolo del hospital a avisar de tomar medidas, que los pacientes habían triplicado los casos de coronavirus;

Además, en esos días hubo siete médicos contagiados y yo veía que no se tomaban medidas, hasta el día 13 donde de protocolo pidieron que a los pacientes se los atienda con barbijos, a hacer las ecografías con barbijo pero ya habíamos estado todos esos días expuestos y nadie nos había dicho nada; al principio se negaban, que no les parecía, al otro día se ve que el Estado y la directiva del hospital decidieron que tenían que aumentar las medidas así que los médicos de planta, en vez de ir todos los días, tenían que reducir su carga horaria y lo más posible de hacerlo mediante telemedicina”, explica detalladamente Bergagna y agrega, “nosotros los radiólogos tenemos la posibilidad de ver las imágenes e informar desde nuestra casa así que esa fue la segunda medida que se tomó y al otro día era un caos, ya había otro médico contagiado, fuimos al área de docencia a hablar con la señora que nos recibió y nos llevó a servicio y cuando fui a preguntarle qué íbamos a hacer nosotros los rotantes, la señora se encontraba con diagnóstico de coronavirus y ahí fue que esta situación se estaba yendo de las manos y me asusté mucho; con los otros rotantes que estaban ahí, decidimos no concurrir más y así fue como ese día nos juntamos y se nos pasó por la cabeza poder volver a Argentina; mucha gente acá, conocidos de España, nos decían que esto iba a terminar pronto, que esperáramos, que esto era un tiempo, que en 15 días se iba a solucionar, pero cada día que iba pasando era peor, hasta que vimos que esto iba para largo y empezamos por dirigirnos a nuestra aerolínea para que nos dé una respuesta, de que nos cambie el pasaje para volver a Argentina; nuestra aerolínea nos decía que no porque en Argentina no dejaban entrar aviones que no sean de Aerolíneas Argentina, cosa que era mentira, yo tenía vuelo con Iberia, nos decía que Argentina no los dejaba entrar y por otro lado yo sabía de gente que llegaba con Iberia a Argentina; la respuesta de ellos fue que nos iban a dar un bono, que ese bono se podía usar hasta el 31 de diciembre pero que el pasaje no lo iban a cambiar; fue ahí que nos rendimos con Iberia y decidimos ir por Aerolíneas Argentinas, llamamos y nos dijeron que había que anotarse en una lista de espera en el Consulado, donde tenías que anotar tu situación, tu edad, dónde te encontrabas, cuándo tenías vuelo y a partir de ahí se creaba por prioridad el vuelo de repatriación; vimos que pasaban los días, nadie nos decía nada, decidimos llamar al Consulado, el Consulado nos decía que ellos no se encargaban de los vuelos, llamamos a Aerolíneas Argentinas y de Aerolíneas Argentina la respuesta era que el Consulado te tenía que poner en una lista, así que después de tanto hablar por teléfono, nosotros no nos queríamos exponer e ir al Consulado para no estar en lugares donde haya gente, pero decidimos ir al Consulado y nos encontramos con la sorpresa de que el Consulado argentino en España está cerrado, cerró sus puertas, no atiende a la gente”. Ya con tono desesperante, la profesional entrerriana nos cuenta que “llamamos a Aerolíneas Argentinas y dijimos que el Consulado estaba cerrado y nos siguen diciendo que la única manera de que ellos nos pongan en un vuelo es a través del Consulado, esto es un desastre, esto es algo que no se puede creer”.

“Después de eso nos fuimos al aeropuerto a ver si nos pueden comunicar ya que en el aeropuerto de Barcelona no está la oficina de Aerolíneas Argentina y que de alguna manera nos den una comunicación desde informes o algo, pero la respuesta del aeropuerto es que nos vayamos a Madrid, que esperemos en el aeropuerto de Madrid hasta que llegue un vuelo, y si en ese vuelo sobra un lugar capaz nos puedan meter, así que estamos acá en Barcelona sin respuesta de nada, sin saber qué hacer, sin saber cuándo nos vamos a poder volver; el gobierno está tomando la decisión de cerrar definitivamente la frontera y el aeropuerto y eso a nosotros nos está volviendo locos, estamos con una psicosis que algunos estamos tomando medicación para calmarnos”, cuenta en tono preocupante Paula. “Esa es la situación, no tenemos vuelo y nadie nos da una respuesta de nada; hay una nota que nos dieron hoy desde el Consulado donde nos dicen que ellos no se encargan de ubicar a la gente en los vuelos, pero cuando llamas a la Aerolínea Argentina te dice que el Consulado es el que se encarga, es una cosa que no sabemos para donde disparar”, agrega la profesional. “Tampoco podemos comprar otro vuelo por otra aerolínea, algunos hacían Barcelona – San Pablo – Argentina o Barcelona – Chile – Argentina, pero esos países no te permiten llegar si no tenés pasaporte de ese país para arribar a sus tierras. Espero que esto se pueda solucionar de alguna manera, esto es terrible, desesperante y es una pesadilla que nunca jamás iba a pasar”, enfatizó Bargagna.

La profesional paranaense viajó con dos compañeros, con quienes comparte departamento y con uno, también el lugar de trabajo, pero nos dice que no son los únicos argentinos que fueron a rotar y están en la misma situación “debemos ser unas 20 personas que estamos pasando lo mismo”, confirma.

Por último, y aprovechando la situación que vive el mundo, pero sobre todo nuestro país con respecto al virus Covid 19, Paula le ruega a los argentinos, “tienen el diario del lunes, que por favor lo lean, porque acá todos pensaban que no era nada y así terminó España y así terminó Italia. No tenemos ni cerca los recursos, ni el poder económico que tienen estos países y se encuentran en un estado de desesperación, aun siendo del primer mundo como lo llamamos nosotros, se le acabaron los recursos. Así que nosotros, en el tercer mundo, diría que podría ser mucho peor de lo que imaginamos, que sean conscientes, que lo haga por su familia, por sus amigos, por la gente que quieren, que no salgan de sus casas, que eviten el contagio, las relaciones interpersonales, que es por un tiempo y que gracias a Dios y en un tiempo podamos decir que tomamos buenas decisiones”.