“Se vendió casi todo. De 350 lotes habrán quedado cinco lotes por los que no hubo puja”, comunicó a Elonce TV el martillero público, José Giorgio, quien estuvo a cargo del remate de los bienes muebles y elementos de gastronomía de uno de los más emblemáticos hoteles de Concordia, el Salto Grande, ubicado a pocos pasos de la plaza principal de la ciudad.

“El sábado fue la exhibición y el domingo se realizó la subasta de acuerdo al protocolo sanitario aprobado por la municipalidad. Se obtuvieron muy buenos precios, se vendió el 99% de la mercadería, con lo cual, estamos con la tranquilidad de haber realizado una excelente tarea”, destacó el martillero.

Según comentó, se remató “buena parte del mobiliario del hotel que se ocupaba en las habitaciones, desde somieres y ropa de camas hasta secreteres y espejos; todo lo que compone una habitación de hotel”.

En la oportunidad, refirió que “la concurrencia de público fue variada, provenientes de las localidades de Federal, Chajarí, San Salvador, Federación y zonas rurales”.

“La mercadería adquirida era para uso propio o establecimientos como cabañas, bungalós y hoteles de menor envergadura. No hubo tanta puja de postores para la reventa”, acotó, además.

Entre el mobiliario, elementos de gastronomía y eventos que pertenecieron al hotel se destacaban 50 camas y colchones de 1 y 2 plazas, ropa de cama, varias camas cuchetas, 50 TV funcionando, 40 escritorios con sillas, 60 mesitas de luz, un importante lote de sillas tapizadas, juegos de mesas y sillas para eventos, 15 tablones con caballetes y elementos de gastronomía como vajilla, hornos pizzeros, freezer, heladeras, adornos, mesas y accesorios cafetería.

Con más de 50 años de trabajo ininterrumpidos y miles de turistas y celebridades de todo el mundo que allí se alojaron, el Hotel Salto Grande de Concordia soportó varias crisis en su larga historia (el “invierno” de Martinez de Hoz, la hiperinflación alfonsinista, las recesión menemista, el corralito, las devaluaciones y cuasimonedas de principio de siglo y los mega tarifazos de hace sólo unos años atrás), pero la pandemia de coronavirus fue la definitiva por el receso de 9 meses sin actividad, el cúmulo de deudas contraídas por la falta de ingresos y una infraestructura en mal estado ‘imposible de reparar’ según sus dueños.

En consecuencia, más de 35 empleados quedaron en la calle y la institución se une a la larga lista de comercios que cesaron sus actividades y perdieron la batalla ante el COVID-19, había publicado oportunamente Diario El Sol.