La gran mayoría de estos golpes son contusiones que no conllevan mayor peligro. Sin embargo, si son demasiado fuertes pueden ser graves. Por ello, tenga en cuenta:
No permitir que la persona golpeada se quede dormida.
Consultar de inmediato al médico si la persona presenta: ­somnolencia excesiva, pérdida de conciencia, vómitos, convulsiones, confusión, visión borrosa, dificultades para hablar, problemas para caminar o problemas de coordinación, dolor de cabeza intenso, sangrado por nariz u oídos, debilidad o adormecimiento de algún brazo o pierna.
Mantener a la persona en un ambiente tranquilo y silencioso, con la cabeza un poco elevada, aplicarle frío local y ofrecerle líquidos fríos en pequeñas tomas.
Si sospecha que hay lesiones importantes, no se debe mover a la persona, especialmente el cuello, ya que podría haberse producido una lesión en la columna cervical.
En caso de corte sangrante, lavar la herida con agua y comprobar que no hay objetos incrustados. Presionar la herida con una gasa para cortar la hemorragia. Si la herida es profunda, es posible que requiera sutura.