Olivo: El té de hojas de olivo puede resultar muy efectivo a la hora de combatir infecciones y otros problemas de índole viral o bacteriano. Algunos de los males que puede combatir son infecciones gastrointestinales, inflamaciones, artritis, fatiga crónica y, por supuesto, hongos y bacterias.
Ajo: Es uno de los mejores antibacterianos naturales que existen. Se puede usar para infecciones de oídos, muelas y hasta para problemas de bacterias en el aparato respiratorio. Es, además, un gran purificador sanguíneo.
Orégano: Presenta dos componentes con gran capacidad para evitar que las bacterias sigan reproduciéndose: timol y cavracol. Estos inhiben el crecimiento bacterial y, además, ayudan también a matar hongos. Se recomienda su uso en forma de aceite esencial.
Acacia: Tiene compuestos activos que poseen acción antimicrobiana, especialmente contra ciertas bacterias, como por ejemplo el Streptococcus faecalis, que habita el tracto gastrointestinal. También es efectiva para combatir parásitos y virus. Consumir en forma de infusión.
Arándanos: Son los más adecuados para combatir infecciones en el aparato urinario, ya que impiden que las bacterias se adhieran al tracto.
Limón: Este fruto también tiene grandes capacidades para luchar contra determinadas infecciones. Por ejemplo, es muy útil contra los hongos, donde se puede aplicar su jugo directamente sobre la zona afectada.
Lapacho: Refuerza las defensas inmunitarias del organismo, al mismo tiempo que destruye las bacterias nocivas y ayuda a eliminar las toxinas.