Las enfermedades reumáticas se asocian a déficits de minerales como magnesio, cobre, zinc y vitaminas como la A, E, D, B2 y los folatos. Es muy importante cubrir estos nutrientes a través de una alimentación variada. Por eso, no se olvide de incorporar en su dieta: Alimentos ricos en omega 3: Ayudan a disminuir la inflamación de las articulaciones. Se encuentra en pescados azules (caballa, atún, sardina), aceites de linaza, canola y soja, nueces, avellanas, germen de trigo, semillas de sésamo y de lino.
Frutas frescas y secas: Presentan antioxidantes que neutralizan el daño que producen los radicales libres. Las frutas secas, además de antioxidantes y omega 3, presentan vitamina E, selenio y calcio.
Semillas y cereales integrales: Aportan selenio, vitaminas del complejo B y fibras.
Verduras: Contienen betacarotenos, ácido fólico, calcio, antioxidantes y vitamina C (especialmente las de hoja verde). Recuerde evitar la cocción prolongada de las verduras para que estas no pierdan sus nutrientes. Agua: Aumentar la ingesta de agua de 2 a 2,5 litros diarios contribuye con la salud de las articulaciones.