Alumnos entrerrianos construyen una silla de ruedas que se convierte en camilla

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Impulsados por un docente que incentiva la formulación y concreción de proyectos que den respuestas a diversas problemáticas de la comunidad, estudiantes de la escuela técnica Nº 1 «Pedro Radío» de Victoria, diseñaron una silla de ruedas que se convierte en camilla y con altura regulable que permite pasar a sus usuarios a una cama, y viceversa, minimizando la posibilidad de lesiones o dolores tanto en el paciente como en su ayudante o enfermero. Actualmente trabajan en la fabricación del prototipo, confirmó Ramiro Seliman, el profesor a cargo de la iniciativa.

La escuela técnica Nº1 «Pedro Radío» de Victoria, es una máquina de generar proyectos. Y de concretarlos también. Parece exagerado, pero a partir de la propuesta de un docente de indagar sobre problemas concretos que los estudiantes observan en su cotidianeidad y el desafío de buscar una solución práctica, han dado respuesta a temas vinculados a la salud que hasta el momento no la tenían o al menos no habían sido resueltos en el mercado con la eficiencia que se observa en estos casos.

El año pasado, se enfocaron en la problemática generalizada del exceso de peso en las mochilas de los alumnos y sus consecuencias sobre la salud. A partir de esa situación, desarrollaron un asistente para redirigir y distribuir el peso de la mochila para ayudar a contrarrestar dolores de espalda; el Proyecto Bexo, que ahora busca financiamiento para su producción.

Ahora, con la misma lógica y dinámica de trabajo desarrollaron una silla de ruedas convertible en una camilla de altura regulable que denominaron Sicom, que tiene un sistema de tijeras de elevación, para pasar a sin dolor, movimientos bruscos ni excesiva fuerza a personas convalecientes. Y está pensado principalmente para ayudar a quienes padecen esclerosis múltiple, aunque sus usos en el campo de la salud podrían ser múltiples.

«Lo primero que hicimos fue una investigación en parte de la provincia. Fuimos a Nogoyá, Ramírez, Crespo, Hernández, Villa Libertador San Martín, Diamante y Victoria para ver si tanto en geriátricos como hospitales existía una silla que tuviera la capacidad de hacerse cama y levantarse a distintas alturas para que la gente que ayuda a los pacientes pueda trasladarlos desde la silla hasta la cama», explicó Seliman.

El docente estimó que en pacientes con el tipo de afecciones mencionadas son, como mínimo, cuatro o cinco las veces al día que se hace el procedimiento se bajar y subir a la persona de y a la cama. «Y en todos los lugares donde fuimos, los levantan a mano», resaltó.

Si bien señaló que los enfermeros «por ahí están acostumbrados», observó que a menudo «terminan con problemas de cintura o columna».

En respuesta a este problema, tuvieron la idea de diseñar «una silla que se hace cama y cambia la altura para adecuarse a la altura de las camas para poder pasar al paciente sin alzarlo».