Esta especia que se utiliza más que nada para saborizar nuestras criollas empanadas contiene un ligero efecto sedante y tónico aperitivo, y 7 componentes analgésicos demostrados, más terpenos y vitaminas A, C y E; lo que justifica su uso en personas que padecen anemia, enfermedades nerviosas, inflamatorias, dolor y estrés. En el caso de la anemia justamente, el comino actúa por una doble vía: por una parte, contiene sustancias que abren el apetito y por otro aporta hierro, muy necesario para recuperarse de esta falta de glóbulos rojos.

Según un estudio hecho en animales, publicado en julio de 2011, el comino parece tener propiedades anti-estrés. A las ratas se les dio comino diariamente en dosis de 100, 200 y 300 mg/kg de su peso corporal, una hora antes de ser estresados. Los resultados mostraron que el comino inhibió el estrés inducido por cambios bioquímicos en una manera dependiente de la dosis. También encontraron que la capacidad de retención de la memoria y la cognición, puede surgir dependiendo de la dosis.
Cómo se toma

La mejor forma es mediante las mismas semillas (que en realidad son frutos) machacadas en el momento, a razón de 10 por día, con un vaso de agua o leche. Si consigue semillas, guárdelas en un frasco de cristal herméticamente, para que conserven todas sus propiedades por más tiempo.

Otra opción es la infusión, que se puede hacer con comino en polvo de buena calidad. Cómprelo en pequeñas cantidades porque pierde rápidamente su aroma y sabor.

Solo se coloca media cucharadita en una taza de agua caliente y se bebe luego de dejar infusionar un par de minutos. Lo ideal es tomarlo antes de la comida, de forma tal que se aprovechen sus conocidas virtudes carminativas. También se puede tomar a lo largo del día y combinarlo con menta, tamarindo, anís, hibisco y manzanilla.