Aseguran que volvió a «llorar sangre» la virgen de Salta

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La pequeña imagen tiene el rostro muy manchado por las lágrimas. El pasado 16 de agosto había llorado por última vez, pero el martes pasado se volvió a producir el fenómeno que sigue causando una gran conmoción en la localidad salteña de San José de Metán. Es de yeso, de unos cincuenta centímetros de altura y se encuentra en la casa de la familia Frías-Mendoza, en el barrio Marco Avellaneda. El living de la humilde vivienda se convirtió en una especie de santuario que es visitado por personas de distintas localidades de Salta, de otras provincias del país y hasta del exterior.

Lloró por primera vez el 5 de abril de este año. Lo sorprendente es que luego comenzaron a aparecer testimonios de personas que llegaron con distintas dolencias y enfermedades y que aseguran haber sido curadas por milagros concedidos por la denominada «Virgen que llora».

Desde ese momento la vida de Rosana Mendoza y de Antonio Mateo Frías y de sus hijos cambió por completo. Hasta se vieron obligados a informar que los domingos la gente no va a poder visitar a la Virgen porque están muy agotados y necesitan descansar, porque la permanente llegada de personas se lo impide.

«La Virgen lloró de nuevo y particularmente ya sabía que iba a ocurrir porque yo me comienzo a sentir mal y me duele el pecho y la cabeza. Así me ocurrió cada vez que derramó lágrimas. Incluso yo les decía a mi esposo y a mis amigos que iba a llorar porque me sentía así», dijo Rosana, quien es dueña de la imagen.

«A nuestra casa sigue llegando mucha gente de distintas partes con mucha fe. La Virgencita es muy milagrosa y sigue derramando bendiciones. Vienen muchas personas, por eso las visitas son de lunes a sábado y el rosario se reza, todos los días, a las 15», destacó.

Testimonio desgarrador

Don Francisco Eduardo Díaz es oriundo de General Gemes pero reside en Joaquín V. González y con frecuencia llega a visitar a la «Virgen que llora» en Metán. «Le prometí a la Virgen que iba a venir todos los meses. El 12 de septiembre de 2012 tuve un ACV con convulsiones y soy diabético. No caminaba, no hablaba y de a poco me comencé a recuperar. Luego me enteré de esta Virgencita milagrosa que llora. Ahora estoy más tranquilo y mucho mejor, por eso estoy cumpliendo esta promesa», dijo el hombre emocionado y luego rompió en llanto.

Fuertes experiencias

Ema Beatriz Paredes es una pensionada de 59 años, que nació en Jujuy pero reside en Mendoza desde hace 33 años. Es madre de cinco hijos y relató que a los 36 años comenzó a padecer problemas cardíacos.

«Tenía arritmias permanentemente, que se fueron agravando con el paso de los años y me impedían hacer una vida normal, porque no podía caminar mucho porque me agitaba. Me hicieron estudios y tomaba medicamentos», dijo Ema, quien llegó nuevamente a Metán para agradecer a la Virgen. Incluso detalló que en diciembre del año pasado su cardiólogo había hablado con dos de sus hijos a quienes les advirtió que el problema coronario había avanzado. El profesional les adelantó que la iban a tener que operar y que debía seguir un tratamiento porque de lo contrario podría sufrir un infarto.

«Cuando fui a ver a la Virgen había mucha gente. Entré a la casa de esa familia y con una mano toqué la imagen y a la otra me la puse en el pecho para pedirle por mi salud. Le pedí que me aliviara de esos dolores que sufría desde hace tantos años y ella me concedió el milagro», dijo la mujer emocionada. Las fuertes puntadas en el corazón y las arritmias cesaron. Incluso Ema ya no toma medicación y puede caminar bastante sin agitarse.

La cura de un cáncer

María Luisa Velis tiene 46 años, es madre de cinco hijos y esposa del excombatiente de Malvinas Carlos Bruno Delgadillo. La mujer vive con su familia en el barrio San Martín de San José de Metán y aseguró que la Virgen que llora la curó de un cáncer.

Desde 2012 comenzó a tener problemas de salud. Le sangraba el oído izquierdo. En principio la trataron por una supuesta otitis y la medicaron para tratar de controlar el sangrado.

«El 6 de enero de este año me volvió a sangrar el oído. Fui con mi esposo a Salta capital a hacerme estudios y me hicieron un tratamiento porque estaba inflamado. Luego una tomografía mostraba que tenía un tumor en la cabeza y llegaba al oído medio, estaba tapando el nervio facial», dijo Velis.

Con las copias de los estudios en mano la mujer demostró la situación que atravesó. Le hicieron una biopsia y en las pruebas se desmayaba. Le dijeron que el tumor, de ocho centímetros, era maligno.

La mujer también viajó a Córdoba donde la iban a operar, pero le advirtieron que iba a sufrir graves secuelas. «Regresamos a Metán y recuerdo que en abril pasado hacía una semana que estaba llorando la imagen de la Virgen Rosa Mística en el barrio Marco Avellaneda. Nos fuimos una tarde y yo bajé los brazos, la toqué, la mire y le pedí que salga bien la operación. Le pedí por mi salud, que me diera la oportunidad de ver a mis nietos crecer. Pero la Virgen me curó, no me operaron y el tumor desapareció. Ahora hago una vida normal», dijo la mujer.