Lograron la doble filiación de Ciro, el bebé concebido tras inseminación casera

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El Registro Civil entrerriano, en consulta con el Ministerio Público de la Defensa, autorizó la doble filiación del bebé hijo de dos mujeres de Santa Elena que recurrieron a una inseminación casera y, al no estar casadas, quedaron fuera de los encuadres previstos en la legislación vigente. En las próximas horas, se emitirá una nueva versión del acta de nacimiento, ahora con los apellidos de ambas.

La pelea de Agustina Brunetto y Valeria Tavecchio comenzó en junio cuando Ciro nació en el hospital San Roque, en Paraná. El niño fue gestado por Agustina, que logró un embarazo a partir de una inseminación realizada en forma casera con el material provisto por un donante amigo de la pareja.

Las mujeres viven juntas desde hace cuatro años en Santa Elena y tenían previsto casarse antes del nacimiento, pero el matrimonio fue postergado por problemas familiares y de vivienda. No obstante, se quedaron tranquilas porque, según aseguraron, consultaron en el Registro Civil de su ciudad y les dijeron que con sus documentos y el certificado médico del nacimiento del bebé era suficiente para anotarlo como hijo de ambas.

Cerca de la fecha de parto, no había servicio de maternidad en ningún efector de Santa Elena, lo que las obligó a consultar en La Paz. La falta de disponibilidad de un médico anestesista en esa localidad ocasionó la derivación al San Roque, de Paraná, donde se produjo el parto de Ciro, por cesárea, el 27 de junio.

Cuando se trata de mamás de otros puntos de la provincia, es condición anotar a los bebés recién nacidos en la oficina de Registro Civil que funciona en el nosocomio para poder dejar la institución una vez recibida la alta médica. Allí acudieron Brunetto y Tavecchio y se encontraron con que no podían anotar a Ciro como hijo de ambas. Sólo pudieron irse de alta anotándolo como hijo de la mujer que lo había concebido.

El problema radicaba en que, al no estar casadas y al someterse a un tratamiento casero, faltaba el consentimiento del donante que, por protocolo, siempre se elabora en las clínicas que brindan este tipo de tratamientos. En ese entonces, ninguna autoridad le encontró la vuelta al caso y todos les aconsejaron recurrir a una adopción de integración por vía judicial. La opción tampoco las conformaba porque, a entender de las mamás, agregar a Valeria a una familia en la que estuvo desde el principio no reflejaba la realidad.

Ambas comenzaron a asesorarse y se casaron el 20 de julio en el Registro Civil de Santa Elena. A la vez, en la oficina central del organismo, iniciaron un trámite administrativo formalizando su petición. Una carpeta con abundante documentación en la que ambas mujeres lograron comprobar que eran una familia no legal, pero sí de hecho, y también su voluntad procreacional llegó a manos de Vanesa Visconti, directora del organismo.