Las aceitunas son tan ricas para comerlas solas o para acompañar diversos platos como ensaladas, salsas, pizzas, tartas, canapés, etc… También se las puede utilizar como aderezos en forma de pasta o como un snack para comer como colación. Si se las consume con moderación, brindan numerosos beneficios para la salud.

Existen cientos de variedades de aceitunas que crecen en árboles que, en su mayoría, son nativos del mediterráneo.

Las aceitunas son rechazadas por muchos debido a su alto contenido de grasa, pero este es precisamente uno de los motivos por el cual es muy bueno consumirlas.

Son exactamente esas grasas saludables las que pueden beneficiar a su corazón. La mayoría de la grasa (más del 75 por ciento) en las aceitunas es ácido oleico, una grasa monoinsaturada conocida por disminuir el riesgo de enfermedad cardiaca.

La nuez de macadamia también contiene altas cantidades de esta grasa benéfica (alrededor del 60 por ciento). Investigaciones han mostrado que la grasa monoinsaturada que se encuentra en las aceitunas (y en el aceite de oliva) puede ayudar a disminuir la presión arterial.

El consumo de aceite de oliva, específicamente de la variedad extra-virgen, se relaciona con menor riesgo de enfermedades cardiacas y de mortalidad en las personas con alto riesgo cardiovascular.

Además, las aceitunas cuentan con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Las aceitunas contienen antioxidantes en abundancia. Estas son el fenol (hidroxitirosol, tirosol), polifenoles (oleuropeína glucósido) y otros compuestos. Las propiedades antioxidantes de las aceitunas han mostrado ser más potentes que aquellas de la vitamina E.

Las aceitunas también contienen algunos antioxidantes únicos, como la oleuropeína, que solo se encuentra en ellas. Este reduce la oxidación del colesterol LDL en el organismo y podría reducir los indicadores de estrés oxidativo.