Evitar la contaminación cruzada de alimentos, utilizando distintos utensilios para manipular crudos y cocidos.

No congelar productos que ya fueron descongelados, ya que eso favorece la proliferación de microorganismos. Además, los alimentos deben descongelarse en la heladera y no a temperatura ambiente ni aproximándolos a fuentes de calor o agua caliente.
No cocinar verduras sin haberlas lavado previamente.

En el supermercado, comprar primero los productos envasados y dejar para el final los perecederos, como carnes, aves, pescados o lácteos. Estos productos deben guardarse en bolsas separadas para evitar que sus jugos contaminen otros alimentos.

Si compra carne picada, elegir la procesada en el momento y consumirla de inmediato.

No se deben comprar alimentos preparados que se exhiban a temperatura ambiente.

Tampoco se deben comprar huevos si su cáscara está sucia o rota.

Lavar envases, verduras y frutas antes de guardarlas en la heladera.

En la heladera, no mezclar alimentos crudos con cocidos y tapar aquellos que no serán sometidos al calor antes de ser ingeridos, para prevenir posibles contaminaciones.

Recuerde que también se puede producir el contagio de persona a persona por prácticas higiénicas inadecuadas -como no lavarse las manos después de ir al baño, cambiar pañales o antes de comer-, o a través de aguas de recreación, como piletas públicas o lagunas.