Claves para optimizar las emociones positivas

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Las emociones positivas causan felicidad, plenitud y satisfacción. Están relacionadas con la salud mental y con el bienestar.

Recomendaciones
-Cultivar ideas optimistas y esperanzadoras sobre lo que puede pasar y la confianza de que algo bueno siempre va a ocurrir. Pese a los sucesos que nos derrotan y provocan malestar, tristeza o desazón, es conveniente aprender a destacar los sucesos y actividades que pueden causar distracción, entusiasmo o alegría. Esto se logra valorando la realidad como algo variado, que va más allá de las cosas negativas y dolorosas que suceden y, fundamentalmente, no tomar “lo negativo” como algo sumamente personal y como un “castigo”, sino, comprendiendo que los sucesos dolorosos, tal vez sean hechos inevitables e imprevistos, que pueden ocurrirle a cualquiera.

-Observar y descartar los diálogos internos de crítica o los juicios rígidos y autoexigentes, en el grado extremo del perfeccionismo o del autodesprecio.
-Es conveniente ampliar el abanico de intereses. Siempre hay actividades, deportes o hobbies que elevan el ánimo, nos conectan con los demás y con un bienestar profundo, no esperado muchas veces. Esos hobbies o actividades van desde un curso o una disciplina que se comienza a practicar, el aprendizaje de un idioma, concurrir a una reunión, practicar el baile o el canto, la meditación, el yoga, emprender una actividad que se ha tenido en mente y no se ha realizado, al momento. La fotografía, la pintura, cursar una materia que da curiosidad, practicar y aprender cierto arte u oficio, son otras alternativas.

-Practicar la gratitud. El agradecimiento o gratitud consiste en “enfocar” intencionalmente algo bueno que hemos recibido, un episodio favorable que aconteció, una cosa que se posee, un gesto que se ha recibido de alguien en un momento dado. Es conveniente enfocar, una o dos veces al día, durante varias semanas o meses, intencionalmente, un hecho que merezca la gratitud –por más leve o trivial que sea- y fijar la atención en el suceso o episodio favorable. Esto permite atenuar la tendencia a enfocar únicamente lo negativo, las situaciones de pérdida y dolor, los padecimientos: aprendiendo a ver “el lado bueno de las cosas”, “la mitad del vaso lleno”.
-Aprovechar el humor y la risa. Sirven para mejorar el estado de ánimo. Mirar con una pizca de humor las cosas que pasan, o bien, incluir el humor y la comicidad, cada vez que sea posible. Esto aumenta la frescura con que nos relacionamos, la actitud mental con que recibimos, aún, los hechos desagradables y negativos. Si es posible, reírse, toda vez que se pueda, transmite información hacia adentro e irradia e influye sobre los pensamientos, generando espirales de pensamientos optimistas. De allí la frase “Al mal tiempo buena cara” y ponerle buena cara a la vida.

– Tener una mirada empática y compasiva hacia uno mismo, significa ser cuidadoso y amoroso con uno, dirigiéndose diálogos internos indulgentes y bondadosos, aumentando el sentido de dignidad y respeto, con el sufrimiento ajeno y propio.
– Darse el tiempo para la calma y la serenidad, incluye, practicar un estado meditativo y volver a la importancia de la respiración y a los momentos de distensión física y mental. Afortunadamente, esta valoración de la tranquilidad y de los estados de relajación, se ve favorecida por prácticas como el yoga, el baile, la meditación, el deporte u otras actividades lúdicas y deportivas, que favorecen la recreación y la distracción.

-Aprovechar los beneficios del ejercicio físico. Numerosos estudios constatan la importancia del ejercicio físico periódico, ya que el mismo produce hormonas antidepresivas naturales, que produce el cuerpo (dopamina, endorfinas).
-Fundamental es cuidar las horas del sueño. Nunca se valorará lo suficiente la importancia reparadora para el funcionamiento del cerebro y para la correcta salud física, mental y emocional las horas de sueño profundo que se tengan. Estas deben ser, dependiendo del organismo, entre seis y ocho horas de buen dormir.

– Tener una alimentación equilibrada y variada en alimentos de probado valor nutritivo es clave para apoyar y sustentar el bienestar del organismo.
-No “engancharse” con rumiaciones mentales o pensamientos repetitivos sobre hechos del pasado, en especial, los que son fuentes de malestar. Restringir las memorias dolorosas y los recuerdos que generen pesar o impotencia u otras emociones negativas.
– Realizar toda tarea que permita aplicar la curiosidad, la creatividad, la distracción: las que aumenten la sensación de “fluir” en el presente. Más aún si esas actividades se realizan con otros (políticas, religiosas, académicas, espirituales, artísticas, solidarias, laborales).
-Redescubrir los beneficios de la religiosidad y de la espiritualidad como práctica frecuente, genera superación, aumenta la paz mental y la amorosidad.