Aunque puede parecer una misión imposible, la doctora Andrea Miranda (MN 149.634), nutricionista y médica esteticista, brinda los siguientes consejos para no abandonar hábitos alimentarios saludables en vacaciones:

1- Nunca llegar a la playa con el estómago vacío. El riesgo de sufrir mareos o bajones de presión se acrecienta, sumado a las elevadas temperaturas que también pueden ser peligrosas.

2- Comer cada 3 o 4 horas: El organismo tendrá energía disponible para funcionar y se llegará a la hora de la cena con menos ansiedad.

3- Beber agua todo el tiempo. Se deben tomar entre dos y tres litros diarios, sin esperar a tener sed para hacerlo. En verano las necesidades de hidratación aumentan dado que las pérdidas por sudoración son mayores. Otras opciones son el té, el mate, el tereré, los jugos naturales y las bebidas frescas sin azúcar (las gaseosas azucaradas no son recomendables dado que acrecientan la sensación de sed).

4- Frutas y verduras sin restricciones. Además de su alto contenido de agua, poseen una gran cantidad de vitaminas, fibra, minerales y antioxidantes (protegen las células de la piel de la exposición solar).

5- No caer en tentaciones. La playa nos ofrece innumerables tentaciones y elegir previamente lo que se va a comer colabora a evitarlas: ensaladas, yogurts, sándwiches de vegetales, barritas de cereal, frutas deshidratadas (orejones o pasas de uva), frutas secas, helados de agua, gelatinas con frutas, brochetas de pollo y verduras, pickles, rollitos de queso y jamón son algunas de las alternativas saludables recomendadas para llevar.

6- No olvidar la heladerita portátil: Ayuda a conservar los alimentos de manera adecuada y no interrumpir la cadena de frío de carnes y lácteos: ingerirlos en mal estado puede traer consecuencias perjudiciales para la salud.

7- Evitar comidas pesadas: La digestión de fritos y otros alimentos con alto contenido graso es mucho más lenta y, junto a las altas temperaturas, pueden provocar malestar estomacal.

8- No a las bebidas con alcohol: Aceleran la pérdida de agua y no hidratan.

9- Ponerse en movimiento sin exigencias. Una alimentación saludable debe estar siempre acompañada de actividad física. Una caminata junto al mar es un ejercicio más que suficiente. Jugar al vóley, correr, practicar pelota-paleta, bailar o hacer aeróbics resultan otras divertidas opciones. Evitar estas actividades en las horas centrales del día.