Imputaron por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante al hombre de 43 años que había sido detenido el 10 de marzo en Gualeguay por el delito de grooming, es decir, el acoso por Internet a menores de edad. Es que de acuerdo a la investigación que lleva adelante la Fiscalía se pudo constatar que el sospechoso fue mucho más allá del contacto virtual con sus víctimas, y a una de ellas la habría abusado sexualmente por unos siete años.

Tras la detención del sujeto en calle Segundo Gianello, en la Oficina de Cibercrimen de la Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se detectó que desde una computadora conectada en el domicilio del hombre, alguien se hacía pasar por otra persona con un perfil falso, se contactaba con menores de edad y las engañaba presuntamente con la finalidad de producir y distribuir material de pornografía infantil.

La información se envió a Gualeguay y el fiscal Jorge Gutiérrez solicitó una serie de medidas que derivaron en el arresto y la imputación.

Lo que seguía era lograr identificar a las víctimas y profundizar la pesquisa para saber si había otros delitos.

El sitio Gualeguay 21 informó que la Fiscalía modificó la acusación y le sumó Abuso sexual gravemente ultrajante. Sostuvo la imputación en los contenidos explícitos de las comunicaciones y de los resultados de una Cámara Gesell realizada con la posible víctima.

El fiscal había solicitado al Juzgado de Garantías la prisión preventiva en la cárcel del acusado, pero se dictó tal medida pero de carácter domiciliario con una tobillera electrónica y la prohibición de acceder a Internet.

En el legajo que tiene el fiscal, las pruebas indican que el hombre no solo habría engañado a las víctimas, sino que además reprodujo material de pornografía producida con una persona de otro país.

A partir del resumen recibido sobre las comunicaciones del sospechoso a través de Facebook con las menores, con contenidos sexuales y fotográficos, se allanó el domicilio donde se secuestraron sus dispositivos electrónicos (celulares y computadoras).

Días más tarde de la detención, llegó a la Fiscalía el informe completo elaborado por la Oficina de Cibercrimen. Mientras, el material secuestrado se envió a analizar por parte de los peritos informáticos del Ministerio Público Fiscal entrerriano.

El 19 de marzo la Fiscalía accedió al documento, el cual abonó las sospechas con comprometedores contenidos, tanto textuales como, especialmente, en imágenes que corroborarían la existencia de un abuso sexual.