“El médico por ningún motivo pacta con la muerte”

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Abel Albino, reconocido pediatra mendocino y presidente de la fundación CONIN, ofreció una conferencia abierta al público en Colón. En diálogo con los medios locales, dijo que la Pobreza Cero es posible si se recupera el recurso humano. Además, volvió a manifestarse en contra del aborto y realizó una enérgica defensa de la figura de Domingo F. Sarmiento.

En el salón Mora Negra, Albino expuso sobre los “Cinco pasos para una gran Nación”. Por la tarde, en el Hotel Costarenas, ofreció una conferencia de prensa. A continuación, reproducimos algunas de las preguntas formuladas por los periodistas y una síntesis de las respuestas ofrecidas por el médico pediatra.

-¿Cómo ve la situación nutricional en Argentina, teniendo en cuenta que estamos pasando por una situación de crisis?

-Yo no hago política. Nunca. Pero en honor a la verdad tengo que decir que en 25 años de vida que tiene la organización, por primera vez nos convoca un presidente de la República, nos escucha y firmamos convenios con Desarrollo Social y Educación.

Nosotros tenemos 110 centros, atendemos 6.000 chicos y han salido de nuestras manos más de 20.000. En el hospital que tenemos en Mendoza, único de desnutridos que hay en la Argentina, pusimos este hospital escuela y nos entregaron 2.327 desnutridos severos y devolvimos 2.326.

¿Cuánto nos costó recuperarlos? Lo que vale un celular ¿Cuánto tiempo empleamos? 45 días aproximadamente.

El Estado está respondiéndonos y nos paga por esa tarea. Nosotros lo hacíamos lo mismo, pero más lentamente. Si tenemos ayuda estatal podemos crecer exponencialmente y no ya en forma lineal.

Hemos firmado un compromiso por el cual nos entregarían alrededor de 54.000 niños más para que controlemos en el país. Veo voluntad y compromiso con el tema. Nos escucharon y eso es fundamental.

Yo llegué a Chile hace 46 años, que es el tiempo que tengo de médico. Chile estaba en la ruina, pero fui a estudiar allí porque la pediatría es buenísima; o tenían buenos pediatras o desaparecía el país. La situación era muy dramática. La mortalidad infantil, indicador indirecto de desnutrición, era del 100 por mil, la más alta de América Latina; hoy tienen el 6.8, más baja que EE.UU.; un chileno ganaba 400 dólares por año, hoy 25.550; estudiaba en la universidad el 1.8% de su población, hoy el 50%; tenían dos años de escolarización, hoy el 98% tiene primaria completa y secundaria el 73%; el promedio de vida era de 38 años, ahora 80 los varones y 82 las mujeres.

¿Y qué pasó? Pasó CONIN, Fernando Mönckeberg, mi querido maestro. Ese hombre se dio cuenta que la principal riqueza de un país es su capital humano, y que si está dañado el país no tiene futuro.

Vuelvo a decir: yo no hago política. Soy argentino, y lo que le hace bien a la Argentina me hace bien a mí.

-En la Argentina se está comenzando a debatir el tema del aborto y usted en varias oportunidades se ha manifestado en contra. Si lo convocaran al Congreso de la Nación, ¿cómo argumentaría su postura?

-Es muy simple: yo soy médico. El médico por ningún motivo pacta con la muerte. Desde que me recibí, la muerte es mi enemigo.

“Jamás atentaré contra la vida ni aun en forma germinal” ¿Creo en eso que estoy diciendo? Bueno, tengo que obrar en consecuencia, entonces.

“Nunca daré un veneno mortal aunque me lo pidan, ni jamás daría semejante consejo reprochable”. Eso dice un médico cuando jura. Encima yo soy médico de niños.

Nadie ha visto jamás un aborto. Yo sí he visto. He visto en el hospital, en un balde, la cabeza, los dedos, los brazos, las piernas, un ojo de una criatura. Una criatura a la que yo debo defender porque soy médico de niños.

Argentina es un país enormemente grande, enormemente rico y peligrosamente vacío. “Gobernar es poblar”, uno de los libros que traje hoy, en homenaje a Alberdi que fue quien dijo esa frase.

“Tenemos que ser 80 millones de habitantes para que nuestro país funcione”, nos decía hace 150 años; somos 40 millones.

“Tenemos que combatir la pobreza y la ignorancia, porque la pobreza se vende y la ignorancia se equivoca”. Tenemos que combatir la pobreza, no al pobre que es quien la sufre. No voy a ser un gran país matando gente, sino recibiéndola y apoyándola para que desarrollen su cerebro, puedan estudiar e incorporarse a una sociedad económicamente activa.

-¿Qué habría que hacer para que la gente no llegue a desnutrirse?

-Lo que hacemos. Nos dimos cuenta hace muchos años que la desnutrición es el resultado final del subdesarrollo. De nada sirve que alimentemos a un chico si lo devolvemos al ambiente hostil del que proviene; a los 15 días estamos alimentándolo de vuelta, no sirve.

Si queremos quebrar la desnutrición debemos hacer un abordaje integral de la problemática social que da origen a la extrema pobreza. Educación nutricional, educación para la salud, lactancia materna, jardín maternal, jardín infantil, estimulación temprana, escuela de artes y oficios, programa de educación agraria, lectoescritura para analfabetos, ropero familiar, club de padres, escuela para padres, documentación y legalización de la familia, alcoholismo, inmunizaciones, agua corriente, agua caliente, luz eléctrica, cloacas. Así se combate la desnutrición. Combatir el hambre lleva 15 minutos, porque es un síntoma.

Los primeros cinco años de vida son fundamentales. Y de esos, los primeros mil días que son 70 del embarazo más 365 del primer año y 365 del segundo. Ahí se cablea el cerebro. De esos mil días lo más importante es el primer año de vida, donde se forma el 80% del peso del cerebro que tendrá de adulto y una persona es lo que su cerebro le posibilita. Cada neurona de las 100.000 o 140.000 millones de neuronas que tenemos en los 3 milímetros de espesor de la corteza, cada una emite hasta 15.000 cables; si hay buena alimentación 50% y buena estimulación los otros 50%.

Quienes aprendimos a leer y escribir en este país querido, tenemos la obligación moral de hacer que cada uno de nuestros niños pueda desplegar su potencial genético para tener igualdad de oportunidades.

-¿Cree que es posible lograr la meta de “Pobreza Cero”?

-Sí, pero no en seis meses, ni en un año. En una generación. A Chile le llevó 35 años; es un país pobre, no es Argentina, pero lo que ha hecho es un milagro.

Hay que recuperar el recurso humano dañado por la miseria, la pobreza y la injusticia. Mientras la dirigencia política se pelea por ver quién va a subir, hay gente que está entrando en un cono de sombras del cual no saldrá jamás si no la ayudamos.

Es importante que todos nuestros chicos estudien. Todos tienen derecho. Algunos podemos mandar a los chicos a estudiar y otros no. Ayudemos a los que no pueden. Eso tenemos que hacer. Eso es ser argentino. Este es un país generoso, noble, bueno; sigamos siendo así.

-¿Cuál es el principal problema que tiene la educación actualmente? La currícula, los salarios docentes. . .

-Ángela Merkel, la premiere alemana, hace dos semana dijo a los legisladores: “¿De qué se quejan? ¿Los sueldos de los maestros son mayores que los nuestros? Tienen que ser mayores que los de ustedes, si son los que les enseñaron a leer y escribir a ustedes”.

Argentina fue el primer país del mundo que quebró el analfabetismo. Si alimento y estimulo adecuadamente a un chico, le doy su trago de leche y su beso, ese chico estimula su imaginación, exacerba su curiosidad y se engancha con la vida. Ese chico va a cablear su cerebro como un árbol en primavera que tiene miles de hojas, así florece el cerebro. Luego ese cerebro puede ser educado. La educación es una semilla maravillosa, pero el sustrato ideal es un cerebro bien atendido. Si simultáneamente ponemos cloacas, nos sacamos los parásitos de encima; agua corriente y caliente, nos sacamos las gastroenterocolitis de encima; y luz eléctrica, para conservar alimentos y estudiar, nuestro país es una potencia en 18 años más. Lo sello y lo firmo.

Domingo Faustino Sarmiento hizo 1.117 escuelas públicas, 400 escuelas privadas, la Escuela Naval, la Escuela Militar, la Marina Mercante, Prefectura, la Subsecretaría de Agricultura, la Subsecretaría de Ganadería, el Departamento de Trabajo, el Boletín Oficial, la Contaduría General de la Nación, el Banco de la Nación Argentina, el telégrafo a Europa, EE.UU. y Chile, 1.000 kilómetros de vía férrea, el Observatorio Astronómico de Córdoba –primero del Hemisferio Sur-, los bosques de Palermo, la Casa Rosada. . . Cuando se fue del gobierno, cuatro años después, se fue a vivir con su hija Faustina porque no tenía casa. Y lo critican. No conozco nadie que lo emparde. Yo soy Maestro Normal Nacional. Cuando escucho con qué odio lo tratan en la televisión a Sarmiento, digo “este tipo es bruto”, antes de mover la lengua tiene que agarrar un libro y leer un poco.