Una empleada judicial alertó por teléfono a la policía luego de ser apaleada por su «esposo», médico, quien se puso furioso tras descubrirle chats con otro hombre que habrían estado subidos de tono en Santiago del Estero.

La denuncia, interpuesta ante la Comisaría del Menor y la Mujer, recayó en la fiscal de turno Andrea Juárez. Según la incipiente investigación, el escándalo se precipitó ayer a la madrugada.

Los protagonistas: una empleada judicial y un médico, en teoría separados, pero aún conviviendo en el mismo departamento.

En el discurso, ambos acordaron una transición decorosa con amplia libertad de rehacer sus vidas. En la práctica, ayer ella habría dejado abierto el Facebook, con charlas de amigos y particulares.

Justamente, entre ellos el médico advirtió un diálogo que le provocó especial interés y curiosidad. Al parecer, del otro lado del chat identificó a un conocido, cuyas intenciones siempre había reprochado.

El médico armó una escena de celos, a la que adosó reproches de infidelidad.

Siempre según la denuncia, el individuo tomó del cuello a la «mujer» (aún legal), insultándola. Cuando la sensatez retornó un instante al hombre, la mujer pudo soltarse y pedir ayuda a la policía.

Alertada, la fiscal Andrea Juárez ordenó que preventivamente el profesional deje la casa.

Sabiendo lo que le esperaba luego de la denuncia de la mujer, el hombre bramó: «A mí nadie me va a ensuciar, ni correr. Me voy solo», se supo. Para cuando llegaron los policías, el galeno ya había armado un bolso, partido del departamento y buscado pasar la noche en casa de los padres, o bien en un hotel.

A su vez, la empleada judicial fue asistida por un médico de Sanidad Policial. Hoy, las actuaciones llegarán a la Fiscalía y se librarían prohibiciones de acercamiento.