La primera votación en el Senado sobre el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo fue una derrota para el sector que lo apoya. No pudo emitir un dictamen para llevarlo al recinto. Necesitaba por lo menos 27 firmas para lograrlo, pero sólo reunió 26.

Los senadores que se oponen a la legalización, por su parte, se negaron a firmar dictamen en lo que fue considerado como una “maniobra” que obligará a que el próximo miércoles 8 la presidenta del cuerpo, Gabriela Michetti, a la hora de votar ponga un único texto en consideración: el aprobado por los Diputados que ha generado resistencia, hasta entre los que apoyan la legalización.

La intención de la jugada fue dividir al sector proaborto que el martes por la noche se había unificado tras el dictamen de aprobación con reformas que finalmente se frustró. Si los antiaborto hubieran firmado un dictamen, inmediatamente las reformas hubieran quedado habilitadas para ser votadas aunque fuese como dictamen de minoría

Después de oír a decenas de expositores de distintas especialidades la falta de dictamen de comisión reveló lo irreconciliable y enconado de las posiciones. Todos, o casi todos, saben de qué se trata la cuestión y tienen posición tomada, pero especulan hasta último momento apelando a todos los pliegues del reglamento de la Cámara para imponerse.

Algo más que quedó demostrado fue que los prolegalización se encuentran en minoría. En el plenario de comisiones de ayer estuvieron todos sus adherentes, mientras que en las filas de los que están en contra faltaron tres: los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Maria Eugenia Catalfamo (con licencia médica) y el salteño Juan Carlos Romero.

Al no firmar dictamen los antiaborto también abrieron la posibilidad de reclamar una mayoría de dos tercios para habilitar el tratamiento sobre tablas. Este razonamiento, sin embargo, no toma en cuenta que el proyecto de Diputados cuenta con una preferencia para ser tratado “con o sin despacho” de comisión, que además fue votado por unanimidad en el recinto hace un mes.En el plenario de ayer el presidente del bloque del PJ, Miguel Pichetto, llevó la voz cantante de los partidarios de la legalización y planteó una interpretación  del reglamento que pareció abrir la puerta al dictamen del sector.

Hubo un arduo debate acerca de que artículo del reglamento debería aplicarse para dirimir posiciones, pero todas las especulaciones concluyeron con el recuento de firmas. En ese punto se vio que no estaban los votos y que por lo tanto no habría dictamen.

Quedaron superadas así las interminables disquisiciones sobre constitucionalidad, comienzo de la condición de persona, de los alcances del juramento hipocrático, etcétera. Hasta el momento los antiaborto suman 35 votos y de no variar esta situación el proyecto será derrotado también en el recinto del Senado.