Aprenda a superar los pensamientos negativos

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Las emociones negativas surgen ante determinados acontecimientos que interpretamos como negativos para nuestra vida. Su función es de supervivencia y de adaptación al medio ambiente. Si no las resolvemos, se transformarán en estados de ánimo negativos. Por ejemplo: si un suceso nos produce tristeza y la reprimimos o la negamos para no sentirla, podemos entrar en un estado de ánimo depresivo, del cual será más difícil salir.

Claves para resolver las emociones negativas
Escuchemos el mensaje de algunas emociones negativas y veamos qué acciones podemos realizar para resolverlas.

Tristeza
La tristeza surge ante la pérdida o posibilidad de pérdida de algo que es valioso para nosotros (separación, fallecimiento, entre otros).
Para superarla, las acciones que necesitamos realizar son las que conforman el proceso de duelo: el acto de revisar nuestros recuerdos con el ser que hemos perdido, el repliegue, la elaboración y aceptación de la pérdida.
Este proceso nos permitirá retomar, posteriormente, nuestro estado de ánimo habitual y abrirnos a nuevas posibilidades.

Ansiedad
La ansiedad surge cuando imaginamos posibles peligros y amenazas y pensamos que no tenemos los suficientes recursos para poder enfrentarlos. Por ejemplo: si tengo que hablar en público y temo equivocarme, eso me genera ansiedad.
Cuando sentimos ansiedad, sobrevaloramos los peligros y amenazas que nos imaginamos, e infravaloramos nuestros recursos para poder enfrentarlas. Utilizamos el pensamiento catastrófico para suponer que siempre sucederán los resultados más terribles.
La acción que necesitamos realizar para tramitar la ansiedad es prepararnos para poder afrontar la situación ansiógena. Si aumentamos nuestros recursos, disminuimos nuestra vulnerabilidad para poder enfrentarla.

Miedo
El miedo aparece ante un peligro real e inminente que puede significar una amenaza a nuestro bienestar físico o psicológico.
Algunos miedos son racionales, por ejemplo tener miedo a un terremoto, o a un perro que está a punto de mordernos, o a acercarnos al borde de una azotea, etc… Otros, denominados fobias, son irracionales y se refieren a peligros imaginarios, por ejemplo el miedo a los gatos, a las agujas, a los espacios abiertos, etc…
Existen tres respuestas que se activan ante una situación de miedo, denominadas “las tres F”: fight, fly, freeze, que hacen referencia a: dar pelea, huir, o quedarse quieto.
Ante un peligro real, cada una de estas respuestas puede llegar a ser útil, según cuál sea la situación de la que necesitemos protegernos y preservarnos.

Culpa
La culpa surge cuando sentimos que hemos realizado una acción que le trajo consecuencias negativas a otros o a uno mismo. Por ejemplo: no haber hecho un favor que le prometimos a un amigo, o haber roto la promesa con nosotros mismos de no volver a fumar.
Cuando sentimos culpa, juzgamos que hemos transgredido nuestros propios principios y valores.
Las acciones que necesitamos realizar para resolver la culpa son perdonar y reparar, ya sea que pidamos perdón a otra persona y la reparemos, o que necesitemos perdonarnos y repararnos a nosotros mismos.

Envidia
La envidia es la reacción de dolor y enojo que surge cuando el otro obtuvo algo que nosotros deseábamos y que, por diversas circunstancias, no hemos logrado obtener aún.
Cuando sentimos envidia ante el logro de alguien, lo que nos duele es que el otro refleja lo que nosotros no hemos podido conseguir. El deseo de que el otro pierda lo que ha logrado surge porque queremos eliminar esta percepción que nos lastima.
La envidia nos contacta con nuestras necesidades y deseos insatisfechos.
Para resolverla, las acciones que necesitamos realizar son:
-Tomar conciencia del deseo insatisfecho con el cual nos contacta la envidia.
-Preguntarnos por qué no lo hemos realizado: si no pudimos, o si lo dejamos de lado porque le dimos prioridad a otros deseos que considerábamos más importantes.
-Preguntarnos si dicho deseo aún lo podemos realizar. Si el deseo es aún realizable: pongamos manos a la obra para satisfacerlo. Si es irrealizable: cuanto antes comencemos a superarlo, más rápido vamos a poder enfocarnos en un deseo que sí esté al alcance de nuestra mano.
-Contactarnos con nuestras capacidades y ponernos objetivos que podamos lograr. Valorarnos por lo que somos. No necesitamos superar al otro, sino a nosotros mismos.