Con 7 años le detectaron un tumor: El empuje familiar que lo llevó a recuperarse

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Nahuel de 11 años, apura el paso de su mamá Véronica Pascal y su papá del corazón Carlos Machuca. No es para menos. El reloj le indica que en un rato deberá estar en la cancha de la Escuela de Comercio donde practica fútbol en la Escuela San Julián. No quiere faltar. Lo esperan sus amigos y esa pelota picarona que salta de aquí para allá.

En 2014, julio, se le diagnosticó ependimoma anaplasico de fosa posterior de grado tres. Pero no hubo tiempo para lamentos. Fue intervenido quirúrgicamente y desde allí hasta hoy, siguió un tratamiento de rehabilitación en el que la ciencia y el milagro de la fe se abrazan.
Un fuerte dolor de cabeza fue la desencadenante. Hoy, airosos y esperando una cura total, en el hogar de calle Sudamérica volvió la sonrisa.

La historia

Verónica, la mamá de Nahuel, cuenta como se fueron dando los hechos. Claro que quien se ha convertido en pilar y nervio motor para salir adelante -Carlos Machuca, su papá del corazón- es el que refuerza datos. «Era julio de 2014. Tenía mucho dolor de cabeza. Lo llevábamos al pediatra, íbamos y veníamos, no sabíamos que era lo que tenía. Le iba doliendo cada vez más, lo internamos, se hicieron estudios, lo trasladamos a la Clínica Modelo. Fue un viernes y el lunes ya lo operaron. Fue un 21. El diagnóstico, ependimoma anaplasico de fosa posterior grado tres, lo operó en Paraná el doctor Daniel Mendoza». La intervención duró seis horas, entre las 15 y 21 horas aproximadamente.
Para su mamá fue una situación difícil. No solamente por el riesgo de vida que corría Nahuel, sino porque estaba embarazada de Morena. Todos fueron fuertes para salir adelante.

De qué se trata

El ependimoma es un tumor de lento crecimiento que se origina de células de la pared de los ventrículos cerebrales o del canal ependimario, que afecta preferentemente a los niños y adultos jóvenes. Corresponde histológicamente a grado II de la clasificación de la OMS (Organización Mundial de la Salud). La variante anaplásica corresponde al grado III. Representa el 6.12 % de los tumores intracraneanos en la infancia. La edad más frecuente es alrededor de los 6 años y no hay prevalencia de sexos.

Volver a empezar

Tras la intervención exitosa Nahuel lleva cuatro años de rehabilitación. «El primer año fue el más complicado», recuerda Carlos.
«Al ser una operación en la cabeza -agrega Verónica- fue como un volver a empezar a sus 7 años (hoy tiene 11) ya que por ejemplo tuvo que aprender a caminar, había que ayudarlo para todo. Se le nublaba la vista. El primer año fue todo recuperación, y tenía maestra a domicilio (cursaba segundo grado y la docente se llama María Eva). Después en octubre ya volvió a la escuela y ahora está por terminar la escuela primaria». Tras la operación descansó varios meses, luego se hizo rayos y quimioterapia en Buenos Aires.

Arriesgarse y ganar

Siguió con un tratamiento experimental que enviaron desde Estados Unidos al Garrahan (se juntó dinero a través de eventos solidarios) y desde allí a Brasil (Palmeiras Das Misiones) para un tratamiento alternativo a base de medicina natural. Machuca desarrolla: «Un amigo correntino, Juan Benítez, nos contó de ese lugar, nos cargó en la camioneta y fuimos. Son unos 1100 kilómetros. Los médicos del Garrahan nos decían que si queríamos arriesgar que arriesguemos. Ya no había otra cosa, habíamos agotado el protocolo. En Brasil se trataba de una medicina experimental».
No importó lo económico. Cielo y tierra para conseguir los recursos. Y la droga actuó positivamente. Ahora Nahuel viaja a Brasil 1 o 2 veces por año para control. Mientras tantos vive su vida y en la Escuela San Julián despunta esa hermosa pasión que es pegarle a una pelota de fútbol.