Día de la Obstetricia: El saber que recibe la vida en sus manos

Comentarios desactivados en Día de la Obstetricia: El saber que recibe la vida en sus manos 57

Auxiliar en la llegada de un bebé al mundo es una de las prácticas más antiguas de la humanidad. Una tarea que era realizada exclusivamente por mujeres, un saber que se aprendía desde la experiencia y que se transmitía de generación en generación. Quien ejercía este rol fue recibiendo diferentes denominaciones: comadrona, matrona, partera…, hoy obstétrica. En la actualidad, el trabajo se ha complejizado, se ha especializado y requiere de un equipo interdisciplinario integrado por obstétrica, obstetra y pediatra. De este modo, la obstetricia, es una disciplina que cumple importantes funciones en el acompañamiento y control de las embarazadas, madres y recién nacidos.

En conmemoración al Día de la Obstetricia y la Embarazada, el Círculo Médico de Paraná, comparte la experiencia de dos profesionales dedicadas a este saber: la obstétrica Pita Stieben y la ginecóloga y obstetra María José Pisk.

Rosenda de Stieben: «La idea es que el mayor número de partos termine de forma natural.»

Rosenda, más conocida en el ambiente como Pita Stieben, ejerce el trabajo de partera desde hace muchos años en Paraná. Obtuvo su título de obstétrica en Rosario en la Universidad del Litoral y en el 2002 realizó la Licenciatura en Obstetricia. Hoy, a pesar de estar jubilada, sigue dedicando su vida y sus días a traer niños al mundo.

– ¿Qué la motivó a elegir esta profesión? 
– Mi mamá era partera, en su época los partos se hacían en el domicilio, ella atendía el parto y los días posteriores concurría a controlar a la mamá y al recién nacido. Yo, desde muy pequeña, la acompañaba en esos días posteriores y presenciaba el baño del bebé. Ahí arranqué con la idea y no me desprendo de mi profesión, me encanta hacer lo que hago, me encanta ayudar a los demás.

-¿Cuál es el rol de la partera en el proceso de embarazo y durante el parto? 
– Le enseñamos a la futura mamá cómo se puede llegar a presentar el parto, cómo se da el proceso fisiológico. Todos los partos son distintos, incluso en una misma mujer puede haber partos parecidos, pero no iguales. Cada persona tiene un centro del dolor que es el que va a responder a esas contracciones. En las clases les vamos enseñando qué cosas pueden hacer en el momento de las contracciones, le enseñamos a respirar, a relajarse.
Acompañamos el aspecto psíquico de la mamá, controlamos la salud del bebé, mediante monitoreo permanente, ya sea manual o electrónico, hacemos el control de la dinámica uterina mediante tacto y vemos si se corresponde con el avance en el proceso de dilatación. La idea es que el mayor número de partos termine de forma natural.

-¿Qué cosas y cómo fue cambiando la práctica de la profesión en los últimos años? 
-El cambio fundamental se dio con la tecnología, con los nuevos aparatos y las ecografías. Antes, no contabas con tantas cosas y tenías que saber cómo los chicos estaban ubicados, si estaban de cabeza, sentados, de un lado o del otro, con sólo ver y palpar la panza. Ahora vos hacés una eco y comparás.
Otro cambio importante se dio con la conformación de los equipos. Antes, hacíamos los partos solas, para lo cual estábamos autorizadas, en el caso de partos de bajo riesgo. Hoy intervienen el médico especialista, el pediatra y nosotros.

-¿Qué es lo que más la gratifica de su trabajo? 
-Me gusta estar con las pacientes, acompañarlas y hacer que lleguen a su parto natural, esa es la mayor satisfacción.

-¿Algún caso que recuerde en particular? 
-El nacimiento de mis hijos, mis nietos, el nacimiento de mis sobrinos, yo asistí a mi hermana durante el parto. También recuerdo de forma especial el parto de mamás que han tenido muchos problemas en nacimientos anteriores o mujeres que pasan muchos años buscando quedar embarazadas, entonces esos te causan mucha emoción.
Pero, en definitiva, todos los nacimientos son especiales, algunos con mucha alegría, otros con un poco de suspenso.

-¿Cuáles son los miedos más frecuentes de las parturientas? 
-Las parturientes siempre llegan al final con la duda de que el bebé nazca bien. Por eso, es importante que la paciente tenga confianza en el equipo, es mucho mejor para ella y para el proceso del parto.

-¿Cuál es su opinión en relación a la nueva corriente de volver a los partos en el domicilio? 
-Para mí no sería ideal, en las clínicas y hospitales tenés otras garantías que en el domicilio no. La responsabilidad nuestra es muy grande, si bien las cosas se pueden solucionar, llegar a una situación límite no causa mucha satisfacción. Yo nunca hice parto en domicilio, empecé en las clínicas directamente.

-¿Cuál es su consejo para quiénes están estudiando o recién se inician en esta actividad? 
-Es una profesión muy noble que requiere mucha paciencia y sacrificio, pero cuando a uno le gusta, lo hace con amor y va solucionando los problemas, logra un equilibrio entre su vida personal y profesional. El parto es urgencia y hay que estar al teléfono.

-¿Hay hombres parteros? 
-La profesión toda la vida fue de mujeres, pero hace algunos años se recibió el primer obstétrico en la Licenciatura de la UBA, hay registro de algunos más en el país, pero la cantidad es ínfima.

-¿Qué mensaje le gustaría dar a las mujeres embarazadas o prontas a serlo? 
-Que no hay que tener temor al proceso del embarazo ni al parto. En la actualidad hay técnicas que ayudan a que ese momento sea lindo y agradable. La mujer se tiene que preparar física y psicológicamente, eso es muy importante.

María José Pisk: «? volvería a nacer y volvería a hacer lo mismo».

María José Pisk es ginecóloga y obstetra, especialidades que ejerce desde hace 22 años. Atiende en el Centro de Salud Corrales de Paraná, en el consultorio de OSECAC y en Havva, Centro de Medicina Ginecológica y Fertilidad. Además, es especialista en adolescencia.

-¿Por qué eligió la ginecología y la obstetricia como especialidad? 
-En tercer año de la secundaria decidí que iba a estudiar medicina y nunca dudé. Antes de cursar ginecología y obstetricia ya sabía que me gustaba esto. Es más, volvería a nacer y volvería a hacer lo mismo, a pesar de todo, lo volvería a elegir, me encanta.

-¿Por qué «a pesar de todo»? 
-Porque es difícil ensamblar esta profesión con la familia, es cuesta arriba, es cuesta arriba con la pareja, es cuesta arriba con los hijos. Además, nosotros estamos preparados para traer vida y felicidad, pero cuando las cosas no son así, es una tragedia.

-¿Cómo se complementa el trabajo del obstetra con la labor de las parteras? 
-Los obstetras controlamos los nueve meses de embarazo, fundamentalmente la parte médica. Mientras que la partera, nosotros derivamos a la paciente en el séptimo mes aproximadamente, le da el curso de preparto, que consiste en clases donde le enseñan la parte de lactancia, preparación de las mamas, signos de alarma, hay una clase con un pediatra, vacunas, clases de anatomía. Además, la partera acompaña en el preparto, y nos llaman a nosotros los obstetras cuando la mujer está con ocho centímetros de dilatación.
Trabajamos en forma conjunta, lo tenemos muy aceitado al mecanismo. Al mismo tiempo, te permite estar en el consultorio, mientras dejás a la paciente con alguien de tu entera confianza. Cada equipo médico tiene su grupo de parteras.

-¿Cuál es la importancia de los controles durante el embarazo? 
-Los controles son importantísimos fundamentalmente para que el bebé llegue a término y sano, también para descartar enfermedades, ya sea de transmisión sexual o las que se transmiten vía materna al bebé, toda esa serología que se realiza en el primer trimestre, la repetimos en el último trimestre.

-¿En qué momento debe hacerse la primera consulta? 
-Lo ideal es que hagan la consulta preconcepcional, como para tener un pantallazo general de la salud de la mujer, ver cómo está físicamente, si tiene sobrepeso o está muy delgada, tratar de equilibrar esto para que curse un embarazo lo más normal posible. Lo mismo si es diabética o hipertensa, o si estas complicaciones se presentan en el transcurso del embarazo poder manejarlas sin problema. Una diabetes gestacional si se detecta a tiempo puede llegar a término sin problema. Tomar ácido fólico tres meses antes permite prevenir malformaciones del tipo neurológicas en el bebé. Con un diagnóstico previo, lo podés manejar mucho mejor.

-En el caso de los diagnósticos prenatales, ¿cómo influyó el avance de la tecnología?
Muchísimo. Ahora hasta podemos hacer test genéticos a la mamá, en el primer trimestre de embarazo como para saber si el bebé tiene algún problema cromosómico incompatible con la vida.
Otro ejemplo es el ecocardio fetal, es importantísimo, diagnostica una malformación cardíaca desde la panza, entonces, de acuerdo a la severidad de la mal formación cardíaca, si nosotros tenemos los medios arbitrados en Paraná el parto puede ser en esta ciudad y el cardiólogo lo espera a ese bebé para tratarlo. Si la cardiopatía es muy severa, se deriva a la mamá a tener su parto, para que al niño lo intervengan quirúrgicamente, en Buenos Aires. Y eso, salva vidas. Antes, si la cardiopatía era severa, se nos morían porque no te daba el tiempo, tenías que llamar el pediatra que hacía los primeros controles y si escuchaba algo raro tenías que llamar al cardiólogo que venga a evaluarlo y cuando el cardiólogo hacia el diagnóstico, preparar rodo para derivarlo y los bebés se morían en el quirófano o en el camino.

– Cómo se da la relación entre partos naturales y cesáreas, ¿ha cambiado en los últimos años? 
-El incremento de la cesárea es notorio, se debe, más allá de las complicaciones médicas que puedan surgir, a una decisión en muchos casos de la mujer, debido al ritmo de vida, a que todo tiene que ser previsto. Pero también, creo que tiene que ver con el tema de lo legal, estamos todo el tiempo bajo presión, cualquier cosita viene el abogado. Al principio, era más libre, uno como profesional podía decidir tranquilo, no opinaba la abuela, el tío? En nuestra especialidad, en ese sentido, cuando se está en trabajo de parto uno ve de todo.