5 mitos sobre la lactancia materna

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“Una mujer tiene que beber leche para producir leche”. ABSOLUTAMENTE FALSO: No es necesario que la madre aumente el consumo de leche ni de lácteos para hacer frente a una mayor demanda de calcio. Una dieta saludable y rica en verduras, frutas, cereales y proteínas es todo lo que necesita para nutrirse y producir leche. Además, el calcio se puede obtener de una gran variedad de fuentes no relacionadas con los lácteos, como verduras de hoja verde, semillas, frutos secos, sardina y salmón.

“La madre debe restringir ciertos alimentos para evitar gases y cólicos en el bebé”. EN PARTE SÍ: A menudo se cree que la mujer que amamanta no debe consumir ciertos alimentos que puedan cambiar el sabor de la leche, como ajo, coles o cebollas, que, además, pueden ser la causa de gases en los bebés. Si bien es cierto que una determinada alimentación puede influir en el sabor y color de la leche, el niño se habitúa sin ningún problema y, posiblemente, esto ayudará a que se acostumbre a los distintos tipos de comida cuando sea mayor. Las sustancias que contengan cafeína (café, bebidas colas, té, mate y chocolate) no están contraindicadas, pero deben consumirse con moderación.

“Si la madre no produce suficiente leche significa que no sirve para amamantar”. FALSO: Muchas mujeres abandonan la lactancia porque creen que su cantidad de leche es insuficiente para alimentar al bebé. Esto es un mito, ya que el pecho produce la leche en función de las demandas del niño. La lactancia temprana, frecuente y a demanda del bebé es el mejor punto de partida para aumentar la leche materna. Aún en aquellos casos donde ésta se considere insuficiente para saciar al bebe es importante amamantar para transmitirle los anticuerpos necesarios, pudiendo complementar con leche maternizada.

“El éxito de la lactancia depende de la forma de los pezones y del tamaño de los pechos”. ES MENTIRA: El éxito de la lactancia está relacionado con la información y soporte que recibe la madre, su confianza en sí misma, y la colocación frecuente y eficiente del bebé al pecho. No tiene que ver con la forma de los pezones ni con el tamaño de los pechos. Sin embargo, si la madre presenta dificultades a la hora de amamantar, puede utilizar pezoneras: éstas se adaptan al pecho y permiten al bebé agarrarse de manera adecuada sin interferir en la producción de leche.

“A los 6 meses es un buen momento para retirar la lactancia”. NO ES ASÍ: Expertos de la Organización Mundial de la Salud y otras instituciones pediátricas están de acuerdo en que la edad de los 6 meses no es el límite para dejar de dar el pecho, sino el punto de partida para incorporar, poco a poco, una alimentación complementaria hasta los dos años.