No ha sido la excepción en este nuevo aniversario del 17 de octubre de 1945, fecha fundacional del peronismo y como alguna vez le expresó a este periodista el extinto jefe de Guardia de Hierro, Alejandro Alvarez, el «peronismo está en los genes de la Argentina, por eso se explica que las nuevas generaciones lo lleven consigo aunque no hayan conocido a Perón».

Discusiones al margen, el escenario que mostró esta nueva versión del Día de la Lealtad volvió a marcar una clara bisagra entre la mirada del conurbano y la Federal pensando en el 2019. Se plasmó en, al menos, los dos actos más importantes. Uno en Tucumán y el otro en Merlo, provincia de Buenos Aires. Ambos convocados a la misma hora. Pero además, en medio de una semana cargada de connotaciones política judiciales, la argumentación de «ser peronista» se coló en la grave polémica desatada por la situación procesal de Pablo Moyano, dirigente sindical y además vicepresidente del PJ bonaerense.

PERONISMO FRAGMENTADO

Como manera de enviar señales en la idea de la unidad para enfrentar a Cambiemos, el peronismo se mostró fragmentado. El juego de palabras tiene una explicación. Se dejaron las puertas abiertas en todas las expresiones del 17 de octubre. Aunque el factor de mayor divergencia sigue siendo el mismo: Cristina Fernández de Kirchner.

En Tucumán, donde Juan Manzur, gobernador que ya expresó la caducidad de la conducción de la ex presidente, se mostraron juntos Sergio Massa, recién llegado de los Estados Unidos donde se mostró como presidenciable en su discurso, Miguel Angel Pichetto y Daniel Scioli.

Todo un dato la presencia del ex gobernador quien no descarta su idea de estar en la grilla de candidatos el año próximo se hay que anotarse en una interna. Scioli volvió a ser el Scioli que generaba desconcierto en los sectores ultra K cuando era gobernador pero no tenía problemas de jugar un partido de fútbol con Mauricio Macri en Mar del Plata. Al final, nunca sacó los pies del plato y terminó siendo el más leal a CFK, aunque no habría sido recompensado como creía. En fin.

El gesto de acercamiento del PJ bonaerense lo dio el vicepresidente Fernando Gray quien se acercó hasta el predio de la UTA donde se realizó una cena de bienvenida a los dirigentes que iban llegando de todo el país. Allí se vio con claridad la mano de Luis Barrionuevo, articulador sin dudas del armado de Alternativa Federal, el espacio que inauguraron, además de Massa y Pichetto, Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, ausentes en el Jardín de la República.

OESTE CONURBANO

La otra mirada se posó sobre Merlo. En el oeste del conurbano bonaerense se reunieron la mayoría de los intendentes peronistas a los que se sumó Máximo Kirchner como señal clara de cual puede ser la estrategia hacia el 2019.

Todos los sondeos marcan que, al menos en el área metropolitana, cualquier opción electoral no podría dejar afuera a Unidad Ciudadana, el sello que impulsó en la ultima elección la ex presidente para ser hoy electa senadora nacional.

Si bien el control del partido justicialista en el orden provincial está en manos de Gustavo Menéndez, la opción de una herramienta como UC no se descartará ni muchos menos. Es justamente el propio alcalde anfitrión quien mantiene dialogo permanente con los distintos sectores del peronismo. Pero si algo tienen en claro, que ninguna opción puede ser viable sin Cristina Kirchner como máxima referente. Es allí donde radica el principal escollo para la unidad futura que, incluso, algunos sueñan en la mano del Papa Francisco para ayudar a ordenarla.

Pocas horas antes del acto del 17, gran parte de los intendentes se reunieron en la sede de Smata que conduce Ricardo Pignanelli previo a ir a Caminoneros. Se definía la situación de Pablo Moyano, quien además es vicepresidente del Peronismo Bonaerense. La determinación del juez de garantías de Avellaneda, Luis Carzoglio fue favorable al dirigente de Camioneros que tendrá su propio Ezeiza este jueves. Sabida es la polémica que el caso suscitó en los ámbitos de la justicia bonaerense. La acusación del magistrado a la procuración que conduce Julio Conte Grand abre un capítulo más en una embestida sobre las causas «políticas» que se tramitan en los departamentos judiciales de la provincia. ¿Será cierto de un guiño más que explícito para que avancen en todos ellas?.

En el peronismo creen que algo de ello es cierto. Y no dejan de relacionarlo con algunas acciones como la detención de funcionarios cercanos al intendente de Moreno Walter Festa y el avance silencioso de otras causas que podrían golpear en los próximos días a otros municipios bonaerense. El tema desató una crisis inesperada. En el fondo, vuelve a colarse el peronismo. En definitiva, al juez Luis Carzoglio le adjudican su militancia en el PJ de Avellaneda para explicar su decisión sobre Moyano. Entre otras cuestiones más graves. Lealtades sinuosas.