Seraphin Degeneve: el colonense que luchó en la Iº Guerra Mundial A 100 años del fin de la Guerra

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Nació en Vailly (Francia – Alta Saboya) el 10 de junio de 1884 y a los pocos meses emigró a la Argentina con su madre, Adela Morel Chevillet, junto a sus 3 hermanos, debido a que su padre (Alejandro Degeneve) falleció a los pocos días de su nacimiento.
Adela conoció en Colón a Julián Chatelain (también de Vailly), se casaron y se instalaron en un campo frente a la actual EscuelaAgrotécnica. Tuvieron además ocho hijos más.


Así la familia Chatelain – Degeneve progresó a través de la actividad agropecuaria. En 1914 estalló la guerra en Europa y Seraphin a los 30 años decidió viajar a Francia y defender la tierra que lo vio nacer. Permaneció los cuatro años. Sobrevivió a Verdún, la más larga y sangrienta batalla. Fue herido en dos oportunidades y continuó en el frente. Mantuvo contacto con la familia a través de cartas, las que un día dejaron de llegar. Todos pensaron que había muerto.
En el frente fue herido gravemente, una esquirla de granada hizo que perdiera el hueso frontal que cubre el cerebro. Milagrosamente se salvó y cuando salió del Hospital fue a visitar su pueblo, Vailly.


Una tarde la familia Chatelain – Degeneve se encontraba en su casa, la que aún se conserva frente a la Escuela Granja. La edificación está construida sobre una lomada y desde allí puede verse con claridad la tranquera. Fue así que mateando, observaron a un hombre con un bolso. “Si el Seraphin viviera, yo diría que el que viene caminando es él” dijo Adela recordando a la figura de su querido hijo. Pero cuando el extraño se acercó todos explotaron en llanto y alegría, Seraphin había vuelto de la Gran Guerra.
Por su coraje recibió seis medallas y una pensión por parte del gobierno francés, pero a su regreso siguió trabajando con su familia. Su vida se extinguió a los 55 años de edad, en 1939 a pocos meses que la humanidad empezara a vivir otra tragedia, la II Guerra Mundial. Él no estuvo para presenciarlo, seguramente no habría entendido como el humano y el sistema cometía ese mismo error.
La actual calle que pasa frente a la Escuela Agrotécnica, desde el 2003, lleva su nombre. Un monolito que se ubica al lado de la tranquera de su vivienda, lo recuerda, como el colonense que luchó en la 1º Guerra Mundial.