Estudiantes impulsan la demanda de los departamentos de un dormitorio

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Mientras las universidades entrerrianas reanudarán sus actividades el viernes, numerosos estudiantes que llegan desde otras ciudades de la provincia con la intención de estudiar alguna carrera en Paraná están abocados estos días a resolver dónde van a vivir y en algunos casos con quién.

Quienes son oriundos de Concordia, Santa Elena, La Paz, Chajarí, General Ramírez, Seguí y Feliciano disponen de la residencia estudiantil que ofrece cada municipio, en la mayoría de los casos mediante un sistema de becas económicas o de rendimiento académico. Los que no cuentan con esta alternativa o prefieren contar con otro tipo de comodidades, se inclinan por alquilar algún departamento, preferentemente cerca de la facultad adonde va a cursar o de la terminal de ómnibus. Algunos orientan su búsqueda a un monoambiente o un lugar que les permita vivir solos; otros comparten la vivienda con uno o varios amigos o alguien de su lugar de origen para abaratar costos.
Aunque muchos ya cerraron contrato en diciembre, al momento de inscribirse, en enero también hay alta demanda del colectivo estudiantil. Esther, de una inmobiliaria situada en calle Cervantes al 100, comentó a UNO que «desde diciembre hasta febrero es cuando más movimiento hay» en el rubro. Lo que más solicitan actualmente son departamentos de un dormitorio. «Por ahí son dos o tres chicos que lo comparten. Cuando estamos en mejores épocas económicas piden de dos dormitorios y ya se animan a pagar un poquito más», observó.
Según indicó, el costo de un lugar para vivir con un dormitorio oscila los 6.000 a los 8.000 pesos mensuales, dependiendo de su ubicación y la calidad del inmueble. Si es un monoambiente, el rango se reduce de 5.000 a 5.500 pesos. En muchos casos hay que sumarles las expensas si no están incluidas en el valor final, y también hay propietarios que exigen el pago de tasas municipales, como el agua.
Si bien la legislación estipula que el plazo para los contratos residenciales son de dos años y no se pueden indexar, las inmobiliarias y los propietarios aplican actualizaciones en los precios cada seis u ocho meses, o al año, para que no queden desfasados en un contexto inflacionario. Para poder hacerlo sorteando las limitaciones legales determinan un valor total del contrato y dividen el pago en cuotas, que durante los primeros 12 meses tendrán un valor, y los 12 siguientes otro, que normalmente es de un 30% más. Es decir que si se alquila un espacio a un costo mensual de 6.000 pesos, al año pasará a ser de 7.800 pesos. «Los incrementos y los plazos dependen de lo que decida cada propietario. En nuestro caso actualizamos el valor al año. Si bien hay mucha inflación y demás, también eso hace que las propiedades están frenadas y hay gente que dice que cada seis meses no puede pagar un aumento, y los propietarios han tenido que adaptarse a eso. Al año se aplica del 30% a un 35%, no más, y es un porcentaje que está lejos del índice inflacionario», refirió la trabajadora inmobiliaria.
Quien ingresa a un departamento debe tener en cuenta que además del alquiler tiene que pagar el sellado y los honorarios de la inmobiliaria, que se calculan sobre el total del convenio que se firma entre las partes. En un lugar en el que el precio es de 6.000 pesos mensuales para el primer tramo del acuerdo y de 7.800 para el segundo, el monto final del contrato será de 165.600 pesos. El sellado equivale al 1,5%; o sea que el inquilino tendrá que abonar 2.484 pesos por este concepto. Los honorarios, estipulados en un 6,05% del documento, serán de 10.018,80 pesos. Sumando estos ítems, quien pretende arrendar un departamento de 6.000 pesos iniciales tendrá que contar con 18.502,80 para ingresar, casi el triple de lo que vale el alquiler.
Dificultades
Un escollo no menor que deben sortear los locatarios es el tema de los garantes. Hay lugares donde piden que tengan ingresos en relación de dependencia, y otros llegan a aceptar títulos de propiedad como aval. Si los estudiantes son de otras localidades, también pueden encontrarse con la traba de que les exijan garantías de Paraná, aunque la tendencia es que las inmobiliarias se adapten y acepten de otro lado, previa verificación de los datos. «En nuestro caso aceptamos el título del interior o dos recibos de sueldo como garantía, también del interior», aseguró Esther sobre este punto.
Roberto Ruiz, propietario de otra de las inmobiliarias locales, coincidió en que lo más pedido en esta época son los monoambientes y departamentos de un dormitorio, y agregó que muchas veces los estudiantes comparten el alquiler por decisión de los padres, que sienten que están más seguros si no viven solos. «En general se juntan dos o tres chicos de la misma ciudad. Como vienen a estudiar con 17 o 18 años, los padres quieren que estén acompañados y tratan de que sean al menos dos, además del tema económico», aseguró, y mencionó que también tratan de aceptar garantes de otra ciudad en estos casos.
En otra inmobiliaria de Paraná, situada en calle Cura Álvarez, estimaron que las consultas y la demanda se extenderán hasta principios de febrero, y aclararon que «ya quedan pocos departamentos disponibles».
Adrián, uno de los empleados del lugar, manifestó que al momento de decidir, los inquilinos que llegan a la capital entrerriana para estudiar tienen distintas preferencias. «El chico que viene solo busca un monoambiente, que es más económico; hay otros que quieren pasar a un departamento más grande, de un dormitorio; los que comparten y pueden, se inclinan por el de dos dormitorios, cuyo alquiler mensual ronda los 8.000 o los 8.500 pesos, aunque no son los que más se consiguen; y hay quienes lo que priorizan es la ubicación, para estar cerca del lugar donde va a cursar».
Por último, indicó: «Para ingresar se cobra el primer mes, el sellado y el monto de los honorarios; prácticamente es un importe similar a tres meses de alquiler. También por lo general el inquilino tiene que hacerse cargo del alta de los servicios, incluyendo los honorarios de los matriculados que tienen que hacer la verificación de la instalación eléctrica y del gas». En el caso de la luz, que es lo que habitualmente da de baja el inquilino anterior, ronda los 2.000 pesos.