A cinco meses de los deslizamientos registrados en la barranca de Diamante, los vecinos de Puerto Viejo advirtieron el estado en el que se encuentran sus viviendas ante nuevos movimientos de tierra en la zona y el persistente peligro de derrumbe.

Paredes agrietadas y el temor a que las paredes caigan encima de ellos, son parte del escenario de dramatismo que rodea los damnificados por la erosión natural de la barranca.

«La grieta cada día se abre más, y de noche es peor. Esto es un peligro, y tengo miedo que la pared caiga encima de los chicos», confesó María, a Blanca Ciudad Noticias.

Al abrir las puertas de su casa para mostrar el estado de su vivienda, la mujer contó que «cuando se hamacan las chapas por el viento, por el mismo movimiento, la pared parecía que se me iba a caer encima».

La vecina de Puerto Viejo solicitó la ayuda del municipio de Diamante, ya que según apuntó: «Están esperando a la llegada de las elecciones para enviar la ayuda».

«Cuando vengan a buscar el voto, de a uno van a venir», advirtió.