Alfonsina aprendió a romper el tiempo e hizo y dijo cosas que no eran nada comunes para la época.Poeta y periodista que jugó con las palabras; fue maestra, y ayudaba a pensar una nueva infancia; buscaba cambiar lo que no le gustaba con letras; luchó por los derechos de las mujeres; fue una trabajadora, y por eso vivió necesidades e injusticias bien de cerca.unto con otras mujeres conforma una generación de escritoras que bien podría llamarse la de “las modernas”: rompen los prejuicios y por medio de la escritura, se hacen un lugar de privilegio en las revistas literarias, en las editoriales y en las mesas de los banquetes, tan de moda por aquellos años. Junto a Victoria Ocampo, Delfina Bunge, Salvadora Medina Onrubia, Norah Lange, consiguen lo que no pudieron ni siquiera imaginar sus antecesoras, y dejan abierto un camino para las que vendrán.Alfonsina pudo elegir su camino: aún en las circunstancias de una vida extremadamente modesta, signada por el trabajo de obrera en una fábrica de gorras o el de lavaplatos y camarera en el café de sus padres, el teatro le permitió evadirse de la rutina que le estaba destinada. Recordamos a Alfonsina, creemos que la educación, la cultura y la comunicación son derechos y para todxs.