Una frase tan sencilla y compleja resguarda el hecho de que una infancia se hace resiliente si tiene la posibilidad de crecer con las garantías básicas de comer bien y estar alojado en un vínculo que cuide su universo. La ausencia, la falta de estos cuidados apropiados, genera huellas psicológicas profundas que marcan para siempre a la persona adulta.

Este 25 de abril en el marco del día de lucha contra el maltrato infantil, hablar de políticas de cuidado supone un enfoque más inclusivo que nos compromete como sociedad a cambiar la mirada sobre la primera infancia con una perspectiva basada en la crianza libre de violencias. Y para eso necesitamos reconocernos todos y todas como parte de ese otro u otra que merece un presente y un futuro amoroso, digno y sano.

No seas indiferente, siempre podes hacer algo