Durante el fin de semana pasado se desarrolló en la provincia de Neuquén la 10º edición de “La Misión, una autentica aventura”, una de las carreras de trekking más espectaculares y apasionantes de Sudamérica y única en el mundo por su formato de expedición, que alcanza los 160 km planimétricos y más 8000 metros de desnivel acumulado en cuatro días y tres noches de carrera sin parar.

La esencia y el espíritu de “La Misión” tiene que ver con la extraordinaria experiencia que se vive durante esos cuatro días y tres noches (límite impuesto por la organización para completar el recorrido) caminando por los más espectaculares paisajes de la Cordillera de los Andes. Esta es una carrera que se corre en semi -autosuficiencia y en libertad porque no hay horarios de cortes, cada uno elije su ritmo de marcha y elige donde para a descansar.

En la mística de La Misión la competencia por el ranking ocupa un segundo lugar, no importa si uno llega primero o último, lo que importa finalmente es completar el recorrido. Administrar las fuerzas, elegir los lugares parar a descansar, ir bien equipados, disfrutar del paisaje y enfrentar los caprichos del clima hace que ésta sea una carrera de gestión sumamente estratégica. Todo esto está reflejado en el lema “En La Misión …. llegar es ganar” ya que sólo el hecho de llegar a la meta es un gran logro en la vida de una persona y obtener la medalla de “Misión Cumplida” en una gran recompensa por el enorme esfuerzo realizado .

Para llegar a la meta se debe seguir el recorrido que está totalmente señalizado por senderos dentro del bosque, por caminos o por los filos de las cumbres que, en esta oportunidad fueron 4 principales: Co. Bayo, Co. O’Connor, Co Piedritas y Co Buol , según puede apreciarse en el perfil adjunto. La organización sólo preveía dos campamentos ubicados en el Km 60 y Km 110 donde los corredores podían reabastecerse con comida y tratar las diversos problemas corporales que iban apareciendo. En total, se escalan cinco montañas, se recorren siete valles, se cruzan varios arroyos y ríos repetidas veces, se bordean lagos y la carrera no se suspende por mal tiempo.

Los representantes locales, cumplieron con la meta de completar el recorrido de 160k de acuerdo a los objetivos prefijados y para lo cual cada uno desarrolló su estrategia de carrera en particular y que les permitió superar una de las ediciones más duras (debido al calor extremo y la abundancia de ceniza volcánica en gran parte del recorrido) que obligó a abandonar a un tercio de los 315 corredores que participaron de la largada.

Mientras Neris Besson prefirió realizar la carrera en el menor tiempo posible y para ello eligió una mínima cantidad de alimentos y descansos logrando completar los 160k sin dormir en 43:30 hs (clasificó 32º en la gral. y 13º en su cat.), Gustavo Velzi se propuso realizar el recorrido aprovechando la oportunidad para registrar los paisajes en fotos y videos y, en consecuencia, permaneciendo mayor tiempo en carrera por lo que se vio obligado a dormir en diferentes momentos y reformar la alimentación durante las 62:44 hs que se mantuvo en carrera (clasificó 148º en la gral. y 47º en su categoría).

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