Mario Alberto Barroz prestó declaración indagatoria ante el Fiscal Diego Torres, subrogante de la UFIJ N° 3 y si bien negó su vinculación con los hechos, no pudo explicar el origen de las lesiones que presentaba la menor de 2 años que estaba bajo su cuidado, violada y muerta por asfixia.

El acusado dijo que no hubo ingreso de terceras personas en el domicilio del Barrio Albatros de Punta Alta, en la provincia de Buenos Aires, en el que se encontraba y prestó su consentimiento para realizar las pericias de ADN.

Barroz, expolicía que prestó servicios hasta que en 2019 fue separado de la fuerza por una acusación de apremios ilegales, está imputado de abuso sexual doblemente agravado por el resultado (la muerte) y por ser el guardador de la víctima.

La jueza Susana Calcinelli ordenó que se le otorgue cupo en la Unidad Penal Nº 4 de Villa Floresta.

Barroz fue aprehendido luego de que ingresara al Hospital Municipal Eva Perón con la niña en brazos sin vida, exigiendo la atención de los profesionales médicos que intentaron reanimarla sin éxito.

Para los investigadores hay dos elementos que lo comprometen: por un lado que el médico de policía determinó que la muerte se produjo casi inmediatamente antes del ingreso de la menor al centro asistencial y, por otro, que los vecinos a los que recurrió el expolicía para llevar a la pequeña en la emergencia confirmaron que no había otros adultos en el lugar.