Bebé que nació por subrogación de vientre, generó tres licencias posparto
— 12/11/2021 Comentarios desactivados en Bebé que nació por subrogación de vientre, generó tres licencias posparto 1Bautista, es un bebé de pelo oscuro y dedos larguísimos, que abre apenas los ojos y ya mira fijo y tiernamente cuando no duerme. Tiene dos padres, médicos de la salud pública, y nació en Rosario hace solo once días, sano y de parto normal.
Pesó 3,530 kilos y midió 51 centímetros de altura tras una gestación por subrogación de vientre de una enfermera compañera de trabajo de ambos padres: una madre de 40 años, dos hijos y quien junto a su marido decidió de manera altruista gestar a Bautista durante 9 meses, tras asentar su acción ante la Justicia.
Pero ahí no terminan las cuestiones extraordinarias en torno a «Bauti», tal como lo llaman sus padres, el matrimonio de Maximiliano Gatti, de 43 años y pediatra, de pelo claro, y Rafael Martínez Oveid, de 33 años, morocho rapadísimo, e intensivista del hospital Roque Sáenz Peña.
Como los tres que entraron a la sala de parto el 30 de octubre para recibir a este bebé -los padres y la gestante, Romina Destefanis- son empleados municipales del área de salud, se redactó por primera vez un decreto que por triplicado habilitó a contar con una licencia por nacimiento.
«El decreto es el 1.718 y lo firmó el 22 de octubre el intendente Pablo Javkin . Debimos reunirnos varias áreas municipales para debatir esta cobertura porque no se encuadraba en una clásica licencia por maternidad o paternidad. La mujer gestante contará con 90 días de licencia y ellos, los dos padres no gestantes, deberán repartirse los 105 días que se les otorgó. Este caso es un antecedente valioso, respetuoso y de protección de derechos de personas LGTBI, en consonancia con la ley de matrimonio igualitario y la de identidad de género», contó a La Capital la secretaria de Género y Derechos Humanos del municipio, Mariana Caminotti.
Adentrarse en estas nuevas concepciones obliga a tener en claro un nuevo lenguaje, no casual, que intenta llamar a las cosas por su nombre y que ya se utiliza en las sentencias judiciales que autorizan la subrogación y en decretos como el del municipio.
«A los padres, en este caso se llama intencionales hasta que nace el niño porque hasta allí en solitario manifiestan la intención de serlo, en el marco de la solicitud ante la ONU juzgado al Consentimiento Informado de la Práctica Médica. El los llama Padres gestantes, ya la mujer simplemente gestante, no ‘mamá’ » , explica Caminotti.
Puertas adentro todos están chochos. Los padres que ya duermen poco pero no por las guardias médicas sino para preparar mamaderas con 70 cl de leche cada tres horas, cambiarle los pañales a Bauti y turnarse para acunarlo en brazos.
«Ojalá lo que pudimos hacer nosotros, que es estresante porque no se da de una sola vez y hasta puede no concretarse; es costoso, pero posible y nos llena de felicidad, pueda ser imitado por otras muchas parejas», dijo Maxi antes de anunciar que si algún sacerdote acepta bautizar al hijo de ambos, aceptarán el sacramento cristiano.
«No somos de cumplir con las liturgias pero los dos creemos en Dios y tenemos fe de que nos acompaña y también acompañará a Bauti por siempre», dijo Rafa.
Del deseo al nacimiento
Maxi fue profesor particular de Farmacología de Rafa cuando todavía estudiaba medicina. Durante esas clases no hubo onda entre ellos, pero años después se reencontraron y enamoraron. Durante siete años fuero novios y en febrero de 2019, en Punta Cana, «cuando aún podíamos pensar solo en nosotros y no en tres», aclaró Maxi, decidieron casarse.
Maxi siempre tuvo a nenes y nenas como pacientes. Ama a los chicos, igual que Rafa, quien adora a sus sobrinos. La pareja se afianzó y como entre los dos suman seis trabajos, empezaron ahorrar para construirse una casa propia.
Pero enterados que tantas parejas, tanto hetero como homosexuales, apelaban a la subrogación de vientres para concebir un hijo o hija, decidieron indagar e informarse más sobre el tema.
«No queríamos tramitar el nacimiento de un hijo en el exterior como Luli Salazar o Marley. Queríamos hacerlo en el país, en la ciudad, y una abogada (Nadia Parolin) nos asesoró, y ahí empezamos a pensar que nuestros ahorros por la casa los destinaríamos al proyecto de tener un hijo «, dijo Rafa a La Capital en el living de la casa de un dormitorio que alquilan ambos. Un hogar luminoso, colorido y con un cochecito estacionado a metros de la puerta más una cuna junto a la cama de ambos y con sabanas de dragones pintadas a mano.
En un rincón, latas de leche apiladas; en otro perfumes, shampu y jabones para infantes. Un cuadrito con una ecografía 5D en una mesa de luz y juguetes de Bauti. Su presencia está en todos lados, a la vista.
La subrogación de vientre no está legislada en el país , no está prohibida pero tampoco reglamentada y ese vacío legal habilita múltiples abusos económicos, que se pueden evitar si se está bien asesorado jurídicamente.
Tampoco se realiza en la órbita pública, por eso Maxi y Rafa realizó el tratamiento de fertilización en un Instituto privado y el hijo de ambos nació en un sanatorio también privado.
Además y se anotó al niño con el apellido de uno de ellos por elección aunque podría haber sido legalmente una filiación compartida. «Se llama Bautista Gatti y no Gatti Martínez Oveid porque pobre hijo, ¡para qué tanto apellido!», Se rió Rafa.
Antes de la reforma del Código Civil y Comercial que entró en vigencia en 2015, hubo unos pocos casos de filiación hasta triple, en el país. Tal el de la periodista Marta Dillon, su pareja, la cineasta Albertina Carri y el diseñador Alejandro Ros quien donó su semen para el nacimiento de Furio, el hijo de los tres.
Así figura en la partida de nacimiento que les otorgó el Registro Civil Porteño, pero esa medida es ya parte del pasado. Lo que sí se incorporó fue la figura de la voluntad procreacional base para que el niño o niña sean reconocidos como hijo propio de una pareja, aunque el embarazo lo haya llevado adelante otra mujer.
Proyecto de ley a la espera
«Nosotros desde la Federación LGTB tenemos un proyecto presentado hace varios años llamado de Gestación Solidaria. Sabemos que algunos sectores del feminismo y la diversidad no están de acuerdo pero muchos pensamos que es una vía factible para la maternidad y la paternidad. Eso sí: hay que regular para que la gestación solidaria sea gratuita e impida el comercio de personas «, dijo el activista LGTB y ex presidente de la Federación Argentina, Esteban Paulón.
El proyecto al que hace alusión Paulón es el que se presentó en Diputados en julio de 2020. Alude a garantizar los derechos de la persona que gesta como el acceso a la salud, los gastos de seguridad, gestación y parto por parte de la pareja y para ello se firma un convenio donde se deja en claro que no hay intercambio económico, ni de dinero ni de bienes.
La figura aún no convertida en ley pero con la incorporación de la voluntad procreacional ya tiene varios antecedentes en Santa Fe anteriores a Bautista (caso que aprobó el tribunal provincial en Rosario integrado por María Laura Mangani y María José Caviglia ).
«Tanto la jueza como la secretaria fueron muy respetuosas y comprensivas con nosotros, no nos juzgaron moralmente , solo dejaron en claro los derechos de la gestante y en la resolución de nuestro pedido declararon inconstitucional al decreto 562 del Código que dispone que el hijo o hija nacido de una práctica autorizada es de quien lo da a luz. Además autorizaron que lo inscribamos con nuestro apellido tras haber aceptado nosotros la práctica con ‘consentimiento libre e informado’ «, remarcó Maxi.
Junto al trámite jurídico Maxi y Rafa realizaron las pruebas clínicas. El semen de uno de los padres se unió a un óvulo anónimo (ovodonación) que fue implantado a la gestante por la médica especialista en fertilización Idelma Serpa. En el vientre de Romina se formó el embrión en el tercer intento, no sin desilusiones, desembolso de dinero y cansancio. Pero la tercera fue la vencida.
Los padres de Bauti no dan cifras de cuánto invirtieron en el tratamiento y los gastos por cuidados que ante la ley se comprometieron tener con la mujer que prestó su vientre. Pero aseguran que con sus seis trabajos (en distintos hospitales, más en un servicio privado de salud y dando clases en la Universidad Nacional de Rosario), llegaron a cubrir los gastos.
«El problema era cómo conseguir un vientre. Alguien nos dijo: ‘¿por qué no lo piden abiertamente así no se generan suspicacias y alguien tal vez se ofrezca de buena gana?’. Así fue, publicamos por WhatsApp ‘ Buscamos niñera 24/7 por 9 meses ‘y nos llovieron mensajes de compañeros ofreciéndonos mujeres que cuidaran niños. El mensaje, que parecía confuso, nos ayudó a difundir nuestro deseo entre nuestros seres queridos, compañeros de trabajos y conocidos. Es así como surgió Romina en esta historia».
Finalmente, una madrugada Romina le mandó a Maxi un mensaje de WhatsAapp preguntándole si la aceptaba como «niñera».
«Me aclaró que ya lo había hablado con su marido y su papá. Lloré y lo llamé a Rafa que estaba de guardia. Sentimos lo mismo: que pasara lo que pasara ya la gratitud con esta mujer sería por siempre, infinita», recuerda Maxi , quien con Rafa aceptó un solo pedido de Romina: que Bautista tuviera de obstetra al mismo que ella había elegido para sus hijos.
Es también el compañero de los tres en El Roque, se llama Darío García , Asi Que los progenitores de Bauti d ijeron Que «si» sin dudar, Porque he aquí Conocen y respetan. Y aceptaron también actuar como futuros padres durante el embarazo y no como colegas.
Ambos, Maxi y Rafa, destacaron cómo Romina tuvo al tanto de cada paso del embarazo, cómo fueron algunas consultas durante la pandemia, juntos. Y cómo se sorprendieron al saber que los hijos de Romina tomaron con una naturalidad inesperada la decisión de su madre.
«Ella tiene un hijo de 12 años, Gabriel, y una hijita de 6, Vicky, dos fenómenos. Una vez la chiquita le dijo a su mamá: ‘No quiero que seas la mamá de este bebé’, ella se quedó casi muda y el hermano le explicado: ‘Vicky, mamá no será la mamá de Bautista, porque no hay ninguna otra mujer que les preste la panza a los chicos’ «. Así retrató el escenario el chico y su hermanita que demostró algo de celos, parece que entendió finalmente.
Casos y costos acá y en el exterior
¿Cuántos de estos nacimientos por subrogación se logran en la ciudad? Aún no es posible saberlo a ciencia cierta porque esos datos se registran solo en distintos institutos de fertilización privados.
Se calcula que los valores de la subrogación de un vientre en la Argentina son en pesos, un monto equivalente a 10 mil dólares a valor oficial (unos 2millones de pesos) y ya varios institutos ofrecen por las redes sus servicios médicos y legales.
La cifra local es menor que la que se cotiza por viajar a Kiev (Ucrania), donde viajan padres españoles porque la subrogación está prohibida o hacia donde acuden los chinos ahora que en ese país se habilitó tener más de un hijo.
También es menor la cifra nacional que la de California o Miami (Estados Unidos), destinos donde los argentinos, con mucho poder adquisitivo, eligen viajar para subrogar un vientre por entre 120 y 200 mil dólares . Hasta eligen por catálogo a la o el donante y se interiorizan sobre su vida personal.
El caso de Maxi y Rafa no fue así. El instituto privado donde tanto ellos como la mujer gestante se realizaron estudios biológicos y psicológicos les ofreció un óvulo anónimo , muy selectivo en materia psicológica, genética y médica, con un fenotipo similar al de ellos (se evita, por ejemplo, la posibilidad de que los rasgos fenotípicos sean muy marcados).
Pero en ese trámite no hubo elección de sexo ni catálogo alguno. Sí pensaron en dos nombres posibles: «Si era nena se llamaría Juana y un día de la nada surgió Bautista, nos gustó a los dos, pero no pensamos mucho más, ni le compramos muchas cosas, todo nos regaló gente que nos quiere y nos apoyó siempre», contó Rafa mientras Maxi dijo pensando en un futuro. «Eso queremos para él que sea un nene que respete a los otros y sepa dar amor así, como Romina, como nuestras familias y amigos nos dieron a los tres».
En un todo de acuerdo y sin quitarle los ojos de encima a su nenito, Maxi y Rafa dicen que ni siquiera se hicieron un examen genético. «Solo queríamos un hijo». Llegó, y ya sale en los diarios. (Fuente y fotos: La Capital)