Sin habilitación Uber crece en Rosario y ya tiene 8.000 choferes

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Ya se anunció muchas veces, pero esta vez está más cerca de la realidad que nunca: Uber ya está funcionando con normalidad en Rosario, y tiene más de 8 mil choferes anotados. Silenciosamente, mientras sigue sin contar con regulación y ante la falta de taxis, la app de viajes trabaja sin inconvenientes en la ciudad al igual que la rusa Maxim y la china Didi. Por otro lado, Cabify está operando por sobre la cantidad de unidades autorizadas para su agencia de remises legales.

Hace un tiempo, el Concejo aprobó una ordenanza con multas siderales de hasta 355 mil pesos para los transportes ilegales, y después el municipio las impuso en el nuevo Código de Faltas, pero hoy no parecen aplicarse ninguna de las dos, porque no se conocen remisiones al corralón de esos coches. Al mismo tiempo, es cierto es que esta entrada de vehículos informales cubre la falta de taxis ¿La Municipalidad deja hacer para tapar ese bache, o están fallando los controles?

Según información oficial de la empresa de transporte, en Rosario ya son más de 55 mil las personas que descargaron la app de Uber para moverse y más de 8 mil las interesadas en manejar. A pesar de que está considerada ilegal, e incluso han habido autos secuestrados por parte del municipio, desde febrero de 2021 está disponible Uber X, la aplicación para hacer viajes. Pero además está Uber Flash, una herramienta para hacer envíos que está activa desde junio de 2021; y Uber Ellas, que permite a conductoras y personas no binarias solo recibir solicitudes de viajes de usuarias identificadas como mujeres, y funciona desde mayo de 2022.

En el caso de Cabify, si bien la tarifa está regulada por la ficha de remises, la mayoría de los coches que acuden a buscar pasajeros no tienen la chapa reglamentaria. Datos no oficiales indican que está operando al triple de la capacidad permitida. Respecto de Maxim, ante la falta de taxis, durante los momentos de mayor demanda, como la madrugada, la aplicación hace una subasta y alienta a pagar sobreprecios de hasta 50 por ciento en una puja entre usuarios para conseguir un coche.

El peligro de desregular las tarifas tiene ejemplos claros en el país. Según la Federación Nacional de Conductores de Taxis, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), donde se legalizó Uber, antes de su entrada había casi 37 mil licencias, y hoy trabajan realmente entre 15 y 18 mil. Casi todas están atendidas por los titulares, ya que los peones en relación de dependencia cayeron de 24 mil a 3 mil. Uber, cuando llegó, costaba menos que el taxi. Una vez que barrió con la competencia del servicio público, comenzó a subir. Actualmente, según la demanda, la hora del día y la situación climática, un viaje puede salir hasta tres veces más.

Desde Uber afirman que «la Justicia argentina en distintas instancias resolvió con absoluta contundencia que Uber es completamente legal», y citan fallos de la Corte Suprema, sentencias firmes en la Ciudad de Buenos Aires, y en las provincias de Mendoza y Córdoba en ese sentido. «A nivel local, cada municipio puede regular la actividad de viajes compartidos. Así lo han hecho, por ejemplo, la ciudad de Mendoza y otras localidades de la provincia de Buenos Aires», indicaron.

El sueño eterno
Mientras las apps avanzan, en el Concejo hay diversos proyectos de ordenanza de adecuación de las aplicaciones en estudio en la comisión de Servicios Públicos, aún sin consenso. El oficialismo tiene tres proyectos: uno de María Eugenia Schmuck (UCR), otro de Verónica Irizar (PS) y uno que envió Pablo Javkin. Los dos últimos requieren que los conductores de las apps estén habilitados como choferes de taxis o remises. El del Ejecutivo propone crear un registro de aplicaciones, mientras que el del socialismo plantea que las apps se habiliten con domicilio en la ciudad, y tengan un apoderado con residencia permanente.

Además, hay dos iniciativas de Juntos por el Cambio: una del concejal Carlos Cardozo y la ex edila Renata Ghilotti; y otro de Germana Figueroa Casas (también cumplió su mandato), que básicamente legalizan la app sin requerir mucho más que una habilitación municipal y el pago de una tasa. «En la lógica de trabajo de las apps, las ordenanzas del oficialismo no cuadran. Nosotros no le cerramos la puerta a la posibilidad de que entren todas a Rosario. El debate tiene que ser más amplio, porque entendemos que hay mercado para que trabajen fuerte los taxis, los remises y también las aplicaciones», puntualizó Cardozo.

Para el concejal del PRO, la lucha debe darse contra las organizaciones de remises truchos. «Son el grave problema que distorsiona el sistema de transporte, y no hablo del padre de familia que se quedó sin trabajo y utiliza su único capital que es su auto, y reparte una tarjetita en el barrio y entre sus conocidos para parar la olla. Señalo a las grandes agencias de coches ilegales, que en algunos casos están vinculadas a economías delictivas de la ciudad», denunció.

Sin acuerdo político, los coches de las apps circulan cada vez en mayor número. La Secretaría de Control tiene una dirección que se dedica exclusivamente a fiscalizar remises y taxis, que este año no publicitó coches capturados. O no lo hicieron, o el mercado creció a un nivel que los sobrepasa. Lo cierto es que es notoria la proliferación del transporte informal, que tomó de hecho las calles sin que nada los detenga. (La Capital)