María Dora salió esta mañana a hacer los mandados. Prefirió no quedarse en su casa. «Es un día triste en el que a uno no le dan ganas de hacer nada», confesó la abuela de María Fernanda Aguirre.

Es que este 25 de julio se cumplen 13 años de la desaparición de su nieta cuando iba a entregar unas flores a una clienta de su madre que por ese entonces tenía un puesto frente al cementerio de San Benito.

«Ya cuando me levante, pensé que es otro día, son 13 años de Fernanda y siete de mi hija. No quise ir a casa de mi yerno para no amargarme… Puse el lavarropas en remojo pero ya cuando me levante pensé en que tengo que hacer algo porque si no me pongo histérica», dijo.

Cuando se le preguntó a la abuela cómo recuerda a su nieta, ella acotó: «Quién sabe dónde estará, si estará viva o muerta, y si está viva que Dios la mantenga bien. Quién sabe cuándo será el día que la vamos a ver».