El sacerdote Diego Rausch, de la Parroquia Santa Teresita, confirmó que un grupo de fieles advirtió en horas de la noche del miércoles que la Virgen de los Dolores tenía en su rostro un líquido rojo y se asimilaban a lágrimas de sangre.
«Anoche alrededor de las 20.30 se encontraba un grupo en el Templo Mayor y otro en la Capilla del Santísimo rezando con el grupo de oración. Fue observado por uno de los miembros de estos grupos que la Virgen estaba llorando sangre. Se juntaron los grupos, nos pusimos a rezar frente a la imagen. Estábamos sorprendidos y emocionados», rememoró.
«La virgen está diciendo algo», expresó. Lo relacionan con el centenario de la aparición de la Virgen de Fátima en Portugal. «Ella le pedía a los pastorcitos que rezaran el rosario, que hicieran oración, ayuno y conversión del corazón, que pidieran por la conversión de los pecadores», subrayó el párroco.
«Creo que ese es el pedido de nuestra madre la Virgen, el volvernos a la fe, creer realmente con el corazón, en ella y en Jesús», indicó el padre Rausch. «Son signos, regalos que la Virgen nos está dando».