Trucos mentales para dejar de lado el dolor

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La mente juega un rol muy importante a la hora de sentirse bien o mal. Existen diferentes estrategias, que van desde pequeñas acciones a terapias, para disminuir el malestar sin recurrir a remedios tradicionales.
Mantenga pensamientos positivos
Estar focalizado todo el día en el malestar no es una buena solución. Por supuesto que es difícil, pero debe intentarlo. Cada vez que le duela alguna parte del cuerpo, respire hondo y piense en positivo. Intente seguir con su rutina, salga con amigos y focalícese en otra cosa. Cuide su alimentación, realice ejercicio físico y diviértase: estas son tres bases fundamentales para que todo salga mejor.
Disfrute de la lectura y de las películas
Leer y mirar una película no son solo actividades placenteras. Se requiere concentración e imaginación. Tanto la lectura como una buena película aliviarán sus dolores al no centrar los pensamientos en el malestar. Las historias que usted elija, especialmente las ficciones, lo transportarán a otro mundo, donde se olvidará por un rato de su dolor. Y quizá, cuando llegue el final, el dolor habrá desaparecido.
Deje el dolor de lado
Las dolencias, en especial las crónicas, repercuten en la vida diaria y en el autoestima. ¿Cuántas veces se ha cruzado con alguien que cuando le pregunta cómo está le responde: “Mal, tengo un dolor de huesos impresionante”, o, “No sabés cómo me duele el cuello”? No deje que el dolor lo defina, que no sea lo primero que aparezca en una conversación cotidiana. El malestar es una condición y no una característica de su persona, como puede ser el sentido del humor, el talento para las artes o la capacidad de trabajo.
Cuide la posición de su cuerpo
Los dolores pueden desencadenar más dolor. Cuando los músculos se contraen se produce una reacción en cadena donde el sufrimiento inicial se intensifica y además aparecen nuevas molestias, como contracturas. Intente aliviar el malestar de su cuerpo pero sin afectar otras partes. Para lograrlo, recuéstese en el piso con las palmas hacia arriba. En esa posición estará relajado. Solo préstele atención a cada músculo y cada órgano. Deje que se fundan con el piso como si fueran un todo.
Conéctese con los sentidos
Intente recordar un momento de alegría relacionado con cada uno de los cinco sentidos. Por ejemplo, concéntrese en algún recuerdo de un viaje que haya realizado. Vuelva a ver y recorrer el paisaje, recuerde el sabor de un rico plata típico que haya comido y el aroma de ese amanecer que tanto le gustó. Piense en los sonidos que tiene su lugar favorito y en la textura de la piel de sus seres queridos. Traiga a su mente aquellos recuerdos y aprópieselos.
Medite
Muchas de los malestares se solucionan con un poco de “descanso mental”. Incorpore técnicas de relajación y respiración consciente para reducir su nivel de ansiedad. Acuéstese boca arriba en un lugar cómodo, respire hondo y lleve el aire a la parte inferior del abdomen. Luego lárguelo de a poquito hasta exhalar por completo. Repita esto quince veces. Dedique un rato de su día a meditar y poner la mente en blanco. Esto ayudará a eliminar los malos pensamientos, concentrarse en los buenos y a relajarse.
Comience terapia
Si los dolores son algo recurrente en su vida, pruebe comenzar una terapia con algún profesional idóneo. Los dolores corporales pueden ser señales de problemas no resueltos que solo se pueden solucionar con terapia. Una vez que logre relajarse y encontrar la raíz de cada dolencia, se sentirá mucho mejor.