La Clínica Mayo ofrece las siguientes sugerencias prácticas que pueden ayudar a que la persona enferma conserve la autosuficiencia. Tome nota:
Establecer una rutina diaria: Esto ayuda a que los días sean más predecibles y menos confusos. Es conveniente, además, programar las tareas más difíciles, como bañarse o acudir al médico, para la hora del día en la que el enfermo está más calmado.
Adaptar la rutina: Por ejemplo, si el paciente insiste en usar las mismas prendas de vestir todos los días, considere adquirir varios atuendos iguales. Sustituya la ropa sucia con la limpia, mientras él/ella se baña.
No apurar al paciente: Lo más probable es que las tareas cotidianas demanden más tiempo que antes. Anticípese a estas situaciones y programe más tiempo para terminar las tareas a fin de que no sea necesario apurarlo.
Involucrarlo en las tareas: Permítale hacer lo máximo posible, con la menor cantidad de ayuda. Por ejemplo, la persona tal vez sea capaz de vestirse sola si se le deja la ropa colocada en el orden en que debe ponérsela.
Restringir las opciones: Mientras menos alternativas hay, más fácil es decidir. Por ejemplo, permítale escoger entre dos atuendos, pero nunca entre todo el armario.
Reducir las distracciones: Apague el televisor a la hora de la comida y durante las conversaciones para que pueda enfocarse mejor en la tarea que realiza en ese momento.
Prevenir accidentes en el hogar: Para evitar caídas, retirar alfombras, cables o cualquier otro objeto que pueda hacerlo tropezar. También se pueden instalar pasamanos o agarraderas. Por otro lado, es conveniente mantener bajo llave elementos peligrosos como medicamentos, alcohol, productos de limpieza tóxicos, utensilios y herramientas cortantes. Además, es importante mantener fuera del alcance del paciente fósforos y encendedores.