Alejandro «Lulo» Benítez fue recibido como un héroe en su Larroque natal. Es que el jugador de fútbol hizo el gol de su vida al donarle parte de su hígado a su sobrino Milo Romani, de apenas nueve meses, quien padecía una severa complicación biliar.
«God save» (Dios salva) decía la remera gris que Alejandro tenía puesta cuando llegó a Larroque. Una frase que lo define como persona porque habla de su generosidad y de las motivaciones que llevaron a ofrecerse sin límites por su sobrino.
Bien merecido tuvo los carteles y el afecto de amigos y familiares.
Fue «Wily», su cuñado y papá de Milo, el que le dedicó unas palabras de agradecimiento.
!No soy de escribir por este medio a excepción de situaciones que lo ameritan, pero me han enseñado entre otros valores a ser agradecido. La vida nos ha puesto en estos últimos años frente a diferentes batallas las cuales hemos afrontado bajo el lema unión y amor. Primero Benjamín, batalla que afrontamos juntos unidos en familia.
Luego nos enteramos de la enfermedad de Milo, lo cual nos ha llevado todo este tiempo batallando juntos, unidos y con mucho amor de familia. Complicaciones tras complicaciones. Paso a paso. Juntos Unidos.