Combata el colesterol malo con chía

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“La chía o salvia hispánica es una semilla. Contiene ácido alfa-linoleico, un ácido graso poliinsaturado esencial de la serie omega-3, que ayuda al organismo a disminuir el colesterol y los triglicéridos, al margen de que contiene antioxidantes naturales que permiten que el ácido graso omega 3 no se oxide”, explicó Lucía Díaz García (MN 6369), licenciada en nutrición.

El omega-3 contiene como componentes principales dos ácidos, denominados EPA (eicosapentaenoico) y DHA (docosahexaenoico), cuyas mayores fuentes son los pescados de mar profundo y las semillas de chía. “El EPA ayuda a la buena conservación de los vasos sanguíneos reduciendo su rigidez y tiene propiedades antiinflamatorias, anticoagulantes y reduce las anginas y los eventos cardiovasculares en pacientes con hipercolesterolemia”, señaló la Lic. Díaz García.

Beneficia a pacientes con problemas cardiovasculares
“La chía disminuye el colesterol y los triglicéridos, por ende, ayuda a pacientes con enfermedades cardiovasculares o antecedentes cardiovasculares, porque además aporta fluidez a la sangre. Entonces, ayuda a prevenir infartos cardíacos. No es una píldora, no es un producto farmacológico, pero el omega 3 en sí, al ayudar a darle fluidez a la sangre y disminuir el colesterol y los triglicéridos, en su conjunto ayuda a quienes tienen enfermedad cardiovascular porque le va a aportar más fluidez a la sangre que hace que corra ‘más limpia’ dentro de las arterias”, dijo la nutricionista.

El EPA interviene en la reducción del colesterol LDL (“colesterol malo”) y facilita el aumento de las lipoproteínas de alta densidad (HDL o “colesterol bueno”), que mantienen limpias las arterias y ayudan a disminuir los triglicéridos. “El DHA, en tanto, es fundamental para un correcto funcionamiento del cerebro y de la retina”, agregó la nutricionista.

¿Cómo consumirla?
“Las semillas de chía aportan entre 48 y 50 calorías cada 10 gramos. La recomendación es consumir dos cucharadas por día”, indicó la Lic. Díaz García.
Se la puede agregar en ensaladas tanto de verduras como de frutas, en yogures, en cereales y en barritas, en tartas, en el pan rallado de las milanesas, en sopas y en licuados.