Así como cuidamos nuestra piel del sol, también es importante proteger nuestra visión de los rayos ultravioletas, los cuales pueden generar daños oculares como inflamaciones agudas de la córnea y de la conjuntiva, daños en la retina y, a largo plazo, cataratas, degeneración macular relacionada con la edad y pterigion (crecimiento anormal de la conjuntiva). Por ello, la doctora Maria Laura Taverna, especialista en Oftalmología del INEBA, recomienda:

Elegir lentes de sol con diseño envolvente, con un índice de protección del 99% – 100 % o absorción hasta 400 nm. Esta propiedad está dada por el agregado de sustancias químicas (cromóforos) al material del lente.

A la hora de elegir un anteojo de sol, recuerde que la protección no está relacionada con el color de los cristales.

Usar sombrero para proteger los párpados.
Usar anteojos de sol siempre que se realicen tareas al aire libre (trabajadores rurales, profesores de educación física, empleados de la construcción, deportistas). La conducción de vehículos también aumenta la exposición a los rayos UV.

En camas solares también se deben utilizar gafas protectoras, ya que estas pueden generar cataratas, pterigión e inflamaciones oculares como la fotoqueratitis y la fotoconjuntivitis.