Flores medicinales que evitan infecciones

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¿Cambia la estación y nos enfermamos con el primer viento? Debemos recurrir a una ayudita de la farmacia natural. Descubra dos flores mágicas de la medicina china, la madreselva y el crisantemo,  que hacen sus defensas infranqueables.

Para esta época, estamos en lo que se llama el período entre estaciones: los últimos días del verano y los primeros del otoño, en este caso. Este período de tiempo es, estadísticamente, en el que tenemos mayores posibilidades de enfermarnos;  los cambios ambientales sorprenden a nuestro organismo y si lo toman desprevenido, sobreviene la avanzada de virus o bacterias, que están siempre, pero aprovechan la oportunidad: la de nuestras defensas bajas. Por ello, será cuestión de prevenirse.

Hay remedios caseros para poner las defensas a punto, hábitos que debemos incorporar a modo de terapia y consejos que hay que tomar muy en cuenta, para pasar un otoño sin enfermedades.

Una persona con buena salud es aquella que tiene un sistema inmunológico fuerte y esto se da en la juventud y la edad adulta: en los niños el sistema aun no está completamente desarrollado y en los ancianos ya viene perdiendo capacidad de respuesta. En este último caso, convienen más los remedios naturales.

Un sistema contra la agresión 

Un buen sistema inmunológico tiene la potencia y preparación para afrontar guerras contra los patógenos externos y es capaz de frenar casi totalmente cualquier enfermedad infecciosa. Los elementos que combaten en la trinchera de este sistema son los glóbulos blancos, que  se dividen en linfocitos de dos tipos: los “polimorfonucleares” (neutrófilos, basófilos y eosinófilos) y los “mononucleares” (linfocitos T y B y los monocitos). Estos soldados están muy especializados y juntos proporcionan la cobertura inmunitaria o protectora de nuestro organismo. Cuando alguno de ellos falla o está debilitado, nuestra vulnerabilidad hacia cualquier tipo de invasión aumenta, produciéndose así la enfermedad infecciosa u otras enfermedades como las alergias, las artritis, la psoriasis y las enfermedades autoinmunes.

También, son determinantes en la eficacia del sistema inmunológico la médula ósea, el bazo y el timo, ya que producen los glóbulos blancos. Las amígdalas, los ganglios e incluso el apéndice tienen funciones inmunes.

También hay enfermedades como el cáncer, el HIV, la enfermedad  inflamatoria intestinal y otras que afecten la digestión y asimilación de nutrientes, lo que llevaría a la carencia de determinados nutrientes, lo que produce “defensas bajas”.  Quienes toman corticoides habitualmente, o medicamentos imnunosupresores, son también personas con las defensas muy bajas.

 

Flores chinas antiinfecciones

La madreselva de flor blanca  (Lonicera japonica), además de ser uno de los remedios más importantes de la  medicina china tradicional – ya se la menciona en la obra clásica Pen Ts’ao de Shen Nung,  del 3000 A.C.-  lo es también de la moderna fitoterapia científica. Se utiliza con éxito en las  inflamaciones laríngeas, faríngeas, infecciones de las vías respiratorias,  disentería, infecciones internas, cáncer, reuma, hepatitis, paperas y numerosas  otras enfermedades. Para los estados febriles, los chinos recurren a las flores  de madreselva como nosotros a la aspirina.

Además la madreselva presenta propiedades antisépticas  a nivel general, y balsámicas a nivel del aparato respiratorio. Estas propiedades medicinales de la madreselva se ven complementadas por su contenido en carvacrol y luteolina, agentes antitusivos.

El crisantemo, por su parte, tiene entre sus numerosas propiedades la de ser un antibiótico natural. Investigaciones clínicas han descubierto que los componentes activos de los crisantemos tienen efectos antibióticos. Estos antibióticos naturales parecen ayudar a luchar contra varios tipos de bacterias, especialmente estreptococos y estafilococos. El té de crisantemo también puede aliviar el dolor de cabeza por tensión, el insomnio y los sarpullidos, pero su principal aplicación, comprobada por la ciencia occidental, es la de antihipertensor.

Ayude a su sistema linfático 

Es el sistema linfático el que lleva y trae linfocitos y los desechos tóxicos de todo el cuerpo por lo que es esencial que su circulación se mantenga fluida. Este sistema de conductos es unidireccional, todos los vasos se dirigen al corazón, quien es su único motor, por lo que el movimiento que hagamos lo estimulará en su tarea: piénselo cada vez que se apoltrone en una silla por más de 10 minutos.

También puede usar un antiguo remedio hindú, el aceite de ricino, como estimulante linfático. El procedimiento es muy sencillo. Para la estimulación linfática, solo se aplica aceite de ricino a la parte baja del abdomen. Tome un paño de algodón doblado en varias capas y aceite de ricino prensado en frío. Sature el paño en el aceite y aplíquelo a la piel. Puede dejarlo toda la noche. El aceite de ricino aumentará la circulación de los fluidos linfáticos, reducirá la inflamación y mejorará el sistema digestivo.

La transpiración es una de las mejores maneras de deshacerse de las toxinas. Los baños sauna elevan la temperatura de nuestro cuerpo, estimulando así las glándulas sudoríparas. Toxinas como el cobre, el plomo, sodio, mercurio y otros productos químicos peligrosos, se excretan a través del sudor. El sauna es un gran remedio, practicado por los pueblos nórdicos, como secreto de longevidad.

Zinc más proteínas 

Si su cuerpo no tiene las cantidades suficientes de zinc, usted experimentará una mayor susceptibilidad a una variedad de agentes microbianos peligrosos. Sus glóbulos blancos simplemente no pueden funcionar adecuadamente sin el zinc. La investigación sobre los efectos del zinc en los patógenos es un poco inconsistente, pero muchos estudios demuestran un efecto protector muy fuerte.

Algunos estudios muestran que el zinc podría reducir la duración del resfriado en un 50 por ciento. El zinc redujo tanto la duración como la severidad de los síntomas del resfriado común. Y el uso del zinc de forma preventiva ayudó a evitar los resfriados, dando lugar a un menor número de faltas escolares y un uso mucho menor de antibióticos en niños.

El zinc es la molécula principal de las proteínas del timo, que son sustancias inmunológicas producidas por su glándula timo.

Con el zinc tenemos una parte de la protección, pero no debemos olvidar que la proteína ayuda con la absorción del zinc: Las proteínas de origen animal aumentan la absorción de zinc en general. Las alimentaciones vegetarianas o veganas, que muchas veces son ricas en granos y legumbres, contienen más ácidos fiticos y podrían aumentar su riesgo de deficiencia de zinc. De las fuentes animales, la carne de vaca y el hígado son las más ricas en zinc. De las vegetales, las semillas de zapallo, los maníes y las almendras.

Comer, dormir, beber

Estas tres actividades básicas son claves para nuestro sistema inmune. Nuestro cuerpo necesita calorías para crear anticuerpos, los soldados que enviaremos al frente invadido por los gérmenes. En  caso de estar perdiendo peso, hemos de ingerir paulatinamente frutas, verduras y frutos secos, especialmente nueces.

Una de las funciones de nuestro sistema inmune es ayudar a limpiar las células de desechos. El ejercicio es sano en su medida, pero los músculos al trabajar liberan desechos que han de excretarse. El sistema inmune se pone a trabajar y para ayudarlo es clave lo que consumimos tras el esfuerzo físico. Para saber si descansamos lo suficiente o ingerimos suficientes calorías hay una serie de datos que nos lo indican: ¿Nos encontramos sumamente cansados la mayor parte del tiempo, pero nos cuesta dormir en la noche, nos duele todo el cuerpo, nos faltan fuerzas y a menudo sentimos calambres o desgarros musculares? Debemos consultar al médico y revisar ya nuestra dieta y plan de ejercicios.

Si usted tiene problemas digestivos también es probable que sus defensas estén bajas. En este caso le conviene consumir alimentos probióticos para tener bacterias saludables en el tracto gastointestinal. Los mejores son los yogures, el kefir, el chucrut casero.

La hidratación es sumamente importante. Los fluidos transportan nutrientes y glóbulos blancos al sitio de la enfermedad y se llevan las toxinas para su desecho. Si observamos un color amarillo oscuro en la primera orina del día, entonces necesitamos más agua. Ideal es beber un litro de agua en ayunas y otros dos a lo largo del día.