En los últimos días hemos sido testigos de lamentables hechos que lejos de paralizarnos deben servirnos para tomar conciencia y poner en acción medidas preventivas que pueden salvarnos la vida. Pero, tan importante como esto es saber cómo tenemos que actuar ante la sospecha de intoxicación.

Este gas imperceptible presenta características incoloras, inoloras e insípidas, lo que lo convierte en altamente peligroso. La inhalación se vuelve mortal cuando llega a la sangre y desplaza al oxígeno, afectando sobre todo al cerebro y al corazón. En Argentina, provoca unas 200 muertes al año, si bien los casos de exposición accidental rondan los 2500 según datos del Ministerio de Salud de la Nación.

Las intoxicaciones por inhalación de monóxido de carbono son más comunes de lo que pensamos, sobre todo con la llegada del invierno. Por eso, preparar el hogar para reducir los riesgos es clave:

En primera instancia, debemos cerciorarnos de que todos los artefactos a gas funcionan correctamente. Para eso, es importante recurrir a un gasista matriculado que realice el chequeo y el mantenimiento en forma periódica, sobre todo si han estado mucho tiempo sin uso.
También, es importante ventilar adecuadamente los ambientes, evitar la utilización de braseros en ambientes cerrados y la calefacción con el horno a gas. Por la noche, dejar la ventana abierta 5 cm para permitir el ingreso y renovación de aire. Otra medida preventiva es colocar detectores de monóxido de carbono para verificar la calidad del aire que circula.

La importancia de los primeros auxilios

Las manifestaciones de intoxicación leve con monóxido de carbono son debilidad, cansancio, somnolencia, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y dolor de pecho. Pero, si la exposición se prolonga pueden producirse síntomas más graves como inconsciencia, dificultad respiratoria, convulsiones e incluso la muerte.

Ante los primeros indicios, es necesario ventilar enseguida el ambiente y pedir auxilio al servicio médico en forma inmediata. Si es necesario y se tiene el conocimiento, realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).

Pero antes, es importante verificar si la persona intoxicada -niño o adulto- está consciente, en cuyo caso es aconsejable llamar a la ambulancia para que un médico la evalúe. Si la persona se encuentra en estado de inconsciencia, pedir ayuda rápidamente y comenzar las maniobras de RCP.

En todos los casos, actuar de manera rápida marca la diferencia entre la vida y la muerte. Por eso, es recomendable que al menos un integrante de la familia haya realizado el curso de primeros auxilios y RCP básica. De esta manera, podrá atender con seguridad intoxicaciones por monóxido de carbono y otras situaciones graves.

La Fundación Cardiológica Argentina ofrece este entrenamiento durante todo el año. La duración es de apenas 3 horas, y el conocimiento para toda la vida.

Fuente: Fundación Cardiológica Argentina (FCA), con el asesoramiento de Fabián Gelpi, miembro de la FCA e Instructor de BLS, ACLS, y PALS de AHA y facultado de BLS de la FCA.