Crimen de militar retirado: Aseguran que la víctima conocía al asesino

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La Justicia de Gualeguaychú maneja varias informaciones, que surgieron de las distintas declaraciones que el fiscal Sergio Rondoni Caffa tomó durante la tarde, pero ninguna de ellas ha inclinado la balanza para orientar la pesquisa hacia uno o más sospechosos en torno al crimen de José María Romero.

El hombre, de 83 años era Teniente Coronel retirado del Ejército, dejaba saber a muchas personas de su buen pasar económico y de sus proyectos, y esto es lo que pudo haber originado su muerte, señala el diario El Día.

La víctima había alquilado hace un año y medio el departamento del primer piso de calle San Martín 368, entre Caseros y Alem. A este lugar llegó luego de vivir por un tiempo en un domicilio de calle Chacabuco 490, que abandonó intempestivamente y sin entregar la llave a sus dueños luego que le robaron 10 medallas de oro y 7 de plata que había conseguido a lo largo de su carrera militar.

Este abandono del inmueble originó que los dueños de la vivienda lo demandaran por daños y perjuicios y le reclamaron la deuda contraída por los meses impagos. Romero contrató un abogado y afrontó un juicio civil que perdió.

Es en este contexto que se conoce el crimen, porque su abogado concurrió ayer al mediodía a comunicarle la mala noticia de que le habían rechazado la presentación de apelación y que había una sentencia firme por la que se lo embargaba en más de 120 mil pesos.

Cuando el letrado llegó al domicilio tocó timbre, pero nadie salió a recibirlo. La puerta estaba abierta y «como desde hacía 10 días no sabía nada de él, decidí pasar», mencionó. Apenas subió unos escalones, alcanzó a ver el cuerpo de Romero tirado en la cocina boca abajo.Inmediatamente bajó, «sin saber que estaba muerto» y llamó a la Policía para que se desplegara el protocolo de emergencia.

Al arribar el primer móvil policial se constató el fallecimiento. No se tardó mucho en percibir que se estaba ante un homicidio en ocasión de robo porque el departamento estaba todo revuelto y la víctima tenía sus manos cruzadas y atadas con precinto.