Con el verano y el calor, aumenta el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por los alimentos, una de ellas es la salmonelosis. Se trata de una intoxicación alimentaria provocada por la bacteria salmonella y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una de las infecciones alimentarias más comunes en esta época del año.

Este clásico de verano se produce debido a que las altas temperaturas favorecen el crecimiento y el desarrollo de microorganismos en los alimentos.

Si bien esta enfermedad se transmite a través de los productos contaminados, la salmonella es una bacteria que vive en el intestino de animales y personas. Por eso es fundamental tener en cuenta la higiene, la manipulación, la cocción y la cadena de frío de los alimentos para evitar tanto la presencia de bacterias en ellos como su propagación.

Este microorganismo es omnipresente y resistente. Puede sobrevivir durante varias semanas en un ambiente seco, y varios meses en el agua. Entre los alimentos que pueden contaminarse se pueden mencionar:

Carne vacuna, de ave y de cerdo
Pescados y mariscos
Huevos
Leche y productos lácteos
Frutas y verduras crudas
Aderezos y postres preparados con huevo crudo o no pasteurizado